Tejido y texto: actualidad de
un entramado de relaciones
Fabric and text: actuality of a network of
relationships
Recibido: 7 de enero 2022
Evaluado: 25 de febrero 2022
Aceptado: 17 de junio 2022
Itzel Casillas Avalos*
itzelcasillas@filos.unam.mx
https://orcid.org/0000-0001-6436-8275
Universidad Nacional Autónoma de México, México
DOI: https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.209
Cómo citar
Avalos, I. (2022). Tejido y texto:
actualidad de un entramado de relaciones. Revista EDUCA UMCH, (19),
117-128. https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.209
Resumen
Palabras clave: Texto, Tejido, Educación, Transmisión, México
Summary
This text approaches the
complex relationships between text and textile (weaved, in particular), which
have clearly gone beyond the etymological allusion, to open up a whole field of
reflection from the educational and pedagogical field. From the context of the
COVID-19 pandemic, the ways in which this framework has been expressed are
identified, mainly in Mexican museum spaces, and how the interest in textiles
has evidenced four axes of approach: The relationship text/weaving from the
etymological point of view, Weaving/embroidering stories and the stories of
weaving/embroidery, Weaving and embroidery in relation to gender, Teaching and
transmission of textile activities.
Key words: Text, Weaving, Education, Transmisión, Mexico
Introducción
A partir del confinamiento que implicó la pandemia por
COVID-19, reparé en una gran cantidad de aspectos y actividades que están
sucediendo en torno al ámbito de lo textil, principalmente en México, aunque no
exclusivamente. En parte tuvo que ver mi atención, determinada por el interés
en recuperar labores que desde hace muchos años ejercía, aunque de forma
intermitente: el bordado y el tejido. Me fui encontrando textos que constituían
materiales para aprender las técnicas o en donde se narraba algo sobre estas prácticas, e incluso me llegaron
convocatorias o invitaciones a actividades educativas de distinta
índole. Por un lado, algunas propiciadas por particulares que a partir de
tutoriales grabados y/o transmitidos en redes sociales, enseñan el bordado y el
tejido en sus múltiples técnicas. Por
otro lado, aquellas que dependen de instituciones consideradas de educación no
formal, como la red de FAROS (Fábrica de Artes y Oficios), los Puntos de
Innovación, libertad, arte, educación y saberes (PILARES) en la Ciudad de
México, o diversos museos.
Llamó mi
atención, entonces, el auge que el textil estaba y está teniendo. Rozsika
Parker, en la introducción a la segunda edición de The subversive stitch
(2010), menciona que el año de esta y la primera versión de su libro, 1984,
tenían algo en común: la recesión financiera. Agregando que en los ochentas
hubo un entusiasmo por lo hecho a mano y lo natural, cuestión que se repetía en
la primera década del siglo XXI. Una situación de este tipo parece estar
aconteciendo ahora, a raíz de las condiciones de la pandemia y que confronta
con una diversidad de situaciones no solo de salud, sino también financieras,
sociales y educativas. De manera que, entre la lectura, el bordado, el tejido y
la gran cantidad de cosas que fui encontrando, me percaté que la recuperación
actual de lo textil ha adquirido distintas manifestaciones, pero una de ellas
ha sido vincularlo con lo textual, aspecto que intentaré destacar.
Puntos de referencia:
manifestaciones en museos
A partir de la identificación de maneras en que se ha
presentado la relación texto-tejido sobre todo en espacios museísticos, y los
planteamientos que acompañan estas manifestaciones en los últimos años en
México, se destacan aspectos etimológicos, formas de comprensión y marcos de
referencia relevantes para plantear hilos que permitan tramar vinculaciones con
lo educativo. Lo anterior, a partir de considerar que la definición de museo
del Consejo Internacional de Museos (ICOM), aún vigente, sitúa que posee una
función educativa en relación con el patrimonio: “Un museo es una institución
sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su
desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y
expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente
con fines de educación, estudio y recreo” (ICOM, 2007). De manera que centrarse
en los museos es relevante toda vez que pueden comprenderse como espacios que
instalan una perspectiva del patrimonio material e inmaterial. Comunicando y
exponiendo no solo el patrimonio en sí mismo, sino también sus contextos,
ciertos discursos alrededor del mismo, las formas de concebirlo, producirlo y
transmitirlo –entre otros aspectos de particular interés pedagógico–. A
continuación, expongo elementos textuales de algunas exposiciones realizadas a
partir de los cuales se derivó la interpretación que condujo a la
caracterización del fenómeno de interés.
La primera
exposición que traigo a colocación fue llevada a cabo en el Museo textil de Oaxaca
en 2020, titulada: Escribir con una aguja: la palabra en el textil, en
cuya información se menciona (y lo cito por completo por su relevancia en lo
que aquí quiero plantear):
No es casualidad que ‘texto’ suene como ‘textil’ en
castellano y en otras lenguas europeas. Ambos términos derivan del latín texere,
‘tejer’. Textus es la forma de este verbo en el participio pasado, que
podemos traducir como ‘lo que ya ha sido tejido’, es decir, las tramas ya
fijadas entre la urdimbre. Lo que comenzó como una metáfora, al visualizar a
las palabras como hilos que se van ordenando y entrelazando unos con otros para
crear una composición coherente, se convirtió con el tiempo en un referente
primario, donde se debilitó la alusión al telar. Pero el vínculo etimológico entre
lo escrito y lo tejido es aún más profundo que la metáfora, y relaciona a ambos
términos con ‘técnica’: tanto texere en latín como τέκτων en
griego (téktōn: ‘carpintero, artesano’) tienen su origen en la raíz
proto-indoeuropea *teks-, ‘confeccionar, construir’ (el asterisco indica que se
trata de una forma reconstruida a partir de la evidencia que aportan las
diversas lenguas hijas). Las palabras ‘texto’, ‘textil’ y ‘técnica’ comparten
así una larga historia conceptual en Occidente. No nos extrañe, entonces, que
el cañamazo sea un formato favorito para trazar abecedarios, acertijos y
sentidos poemas desde siglos atrás (de Ávila, 2020).
La relación con el texto la remontan a la resonancia
entre las palabras texto y textil, pero va más allá: hasta la etimología latina
y la historia compartidas. La metáfora textil tan arraigada y que nos hace
hablar de la trama de un libro, del hilado de las palabras, el hilo o el tejido
del texto con suma naturalidad… Expresiones que hilan el campo textil con el
textual.
En este museo
también se llevó a cabo el ciclo de charlas en línea: “Las historias que tejemos. Miradas y reflexiones en torno a los hilos” de septiembre a noviembre de
2020, cuyas conversaciones con diferentes especialistas en cuestiones textiles
permiten apreciar la complejidad del ámbito, pero si nos
detenemos en el título, de nuevo acontece una relación: las historias
pueden ser comprendidas desde el tejido.
Ahora bien, en
conjunto con una curaduría del museo anterior, y en diálogo con las colecciones
de Franz Mayer y de Ruth D. Lechuga del Museo Franz Mayer, del 15 de agosto de
2020 al 17 de enero de 2021 se pudo ver la exposición Azul Añil, que
permitió “mostrar la importancia de las técnicas y saberes ancestrales para el
diseño y producción de textiles frente a los criterios de producción,
distribución y uso en el mundo contemporáneo” (Museo Franz Mayer, 2020). Dichos
saberes son de especial relevancia en la conformación de tradiciones, no solo
de teñido, sino también del tejido y el bordado en que se utilizaba. En este
caso, la pregunta que me hacía plantearme era por la transmisión de esas técnicas
y saberes ancestrales, las vías y el cauce que han tenido.
Adicionalmente,
se llevó a cabo también la exposición Rebozo del Museo de Arte Popular
en la Ciudad de México (octubre de 2020 a junio de 2021). Este museo:
[…] a través de un enfoque didáctico,
ha dedicado muchas de sus exposiciones a mostrar los orígenes, la elaboración y
el uso de las diversas ramas artesanales y en particular los oficios y su
relación con las materias primas de origen natural. En esta ocasión presenta Rebozo,
pieza icónica de la indumentaria mexicana omnipresente en nuestra plástica que
lo representa, la música y la poesía que le dedican versos y el cine que tantos
homenajes le rinde. (MAP, 2020).
La exposición, que tuve oportunidad de ver, me hizo sensible a las texturas, modelos, aspectos y características del proceso que permiten confeccionar y portar un rebozo, pero también las expresiones artísticas que los textiles han propiciado. Se trataba de mostrar cómo un tejido había producido otros, no solo sociales, sino también artísticos, de la mano de pintores, poetas y cineastas.
Dos muestras
más: la del Museo
Nacional de Culturas Populares TENANGOS Cartografías de la
memoria (2021), que constó de trece lienzos cuya elaboración:
[…] se centró en la recuperación de saberes y tradiciones
de la comunidad. Su importancia, no solo reside en su belleza estética o en la
maestría de la técnica artesanal, sino en su valor como cartografías de la
memoria colectiva, ya que en ellos se narran diversos aspectos de la
cosmovisión hñähñu u otomí de la Sierra Oriental. Naturaleza, espacios
sagrados, vida cotidiana, mitos, ceremonias y rituales, aparecen representados
con hilos de algodón de múltiples colores. En estos lienzos, dibujantes y
bordadoras, plasmaron la historia e identidad de su comunidad, su entorno
natural, las costumbres y dinámicas sociales o religiosas de su pueblo.
De lo anterior resulta importante enfatizar el uso de los
hilos, el bordado y la confección de los lienzos como vías que hacen posible
mantener saberes y conformar una memoria colectiva. La dimensión de producción
de una historia nos hace percatarnos de las posibilidades del textil como
fuente, como textos.
Finalmente,
aunque sin agotar todo lo sucedido, en el Museo Nacional de Arte (MUNAL) se
presenta: Vístome palabras entretejidas, Miriam Medrez (marzo 2020 a
diciembre de 2021):
Esta exposición
se inserta “en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, genera un
diálogo interdisciplinario entre la poesía, la escultura textil de Miriam
Medrez y las obras manieristas y barrocas del museo. Presenta trece vestidos
elaborados por Medrez a partir de la invitación que la artista hizo a
escritoras mexicanas, para abordar la forma en que consideran el acto de vestir
y de los textos que resultaron de dichas reflexiones” (MUNAL, 2020). Esto
último sitúa de una manera muy importante la relación establecida entre los
textiles, las palabras, la voz, lo femenino.
Urdimbres y Tramas: hilos para el
entramado
Los aspectos anteriores llevan a cuestionarse por las
características de los tejidos, de los textiles, la relación del tejido con el
bordado que parece natural pese a ser dos actividades diferentes (una que
genera la tela y la otra que coloca algo sobre ella), el vínculo de lenguaje y
de narración entre texto y tejido y lo que implican en tanto actividades
consideradas como pertenecientes a un género, el femenino. Aunado al costado
educativo, al tratarse de saberes que pasan de mano en mano, y a través de
generaciones, con formas de transmisión específicas.
En ese sentido,
la interpretación de los aspectos que se presentan en las formas de vincular al
texto con el tejido, me lleva a plantear un entramado de relaciones teniendo
como urdimbre los siguientes hilos:
1) La relación
texto/tejido desde lo etimológico. En este caso, se trata de situar la
manera en que se dio lo que se ha llamado la “metáfora textil” del texto. Para esto, será imprescindible el
abordaje del apartado “III. Textus” del libro de John Scheid y Jesper
Svenbro, The Craft of Zeus (2001).
¿Y cuál es el significado de tejer y texto?
Etimológicamente, el mismo: tramar, entrelazar una tela, un tejido. Tal
debiera ser el término adecuado de texto al conjugar el verbo tejer en
castellano, cuyo participio de pasado ya no es, como en latín, textum,
sino tejido, forma que, sustantivada, pasó a denominar la acción en
conjunto, el resultado de tejer, lo tejido bien con las manos, bien con
instrumentos, las agujas, o con máquinas, la rueca, el telar, etc. Pero tal es
también en latín el participio de pasado textum, lo textualizado,
tramado, entretejido, bien con las manos —así era inicialmente— bien con
materiales que se enredan o entrecruzan. (Domínguez, 2013).
Según lo desarrollan John Scheid y Jesper
Svenbro (2001), es en Quintiliano “que textus y textum, tan
familiares a nosotros, aparecen por primera vez”. Actualmente, nos es tan cotidiano el paso al uso de los
términos textiles para referirse a aspectos de la escritura y conformación de
un texto como el hilo de la historia, el tejido de su argumento, el hilado de
las palabras.
2) Tejer/bordar
historias y las historias del tejido/bordado. Las actividades de tejido
estaban ya presentes en toda la mitología griega en manos de mujeres, mismas
que dejan plasmados en sus tapices/bordados una serie de historias o
narraciones. Por ejemplo, los tapices que hacen Aracne y Palas Atenea en su
confrontación (Frontisi-Ducroix,
2006). Por otra parte, también se encuentran los relatos que se han dado para transmitir lo que
conllevan las prácticas del tejido y del bordado en México, como nos lo hace saber Gabriela Olmos en Palabras como
hilos (2015). Esto último como formando parte, entre
otras, de la mitología maya, donde encontramos a Ixchel como la diosa de la
luna, pero también del tejido (de ahí que se le represente en muchas ocasiones
con un telar de cintura), o de la mitología mexica, en donde se conoce a la
diosa Xochiquetzal asociada a los trabajos textiles (Weitlander, 2005, pp. 8-9).
3) El tejido y el
bordado en relación con el género. Puede leerse, de inicio en este punto, el siguiente fragmento de
Frontisi-Ducroix que condensa, en parte, varias de las cuestiones a tramar en
esta urdimbre:
De hecho, las figuras tejidas constituyen el lenguaje
específicamente femenino. El de Helena de Troya, que reproduce en su telar las
hazañas de los héroes y los sufrimientos de los que ella es causa y autora. El
que teje y desteje Penélope, cuyo contenido desconocemos, pero que le sirve
para retrasar la acción, un lenguaje eficaz en su negación misma. El de las
atenienses anónimas, que representan el Íon en Eurípides: cuando llegan
en grupo a Delfos, quedan extasiadas al descubrir en el frontón del templo esos
héroes cuyas hazañas se cuentan unas a otras mientras están tejiendo… y que a
menudo representan en sus labores. La actividad de tejer es por dos razones el
espacio de la voz femenina. Junto al telar se reúne la mitad femenina de la
casa, las hijas, las sirvientas y los niños; es el lugar donde, mientras
trabajan, cantan hermosas canciones, como lo hacen en la Odisea las
diosas seductoras Circe y Calipso; donde las nodrizas y las abuelas cuentan a
los niños los cuentos que condena Platón; donde los niños, incluidos los chicos
hasta los siete años, se familiarizan con los relatos míticos. En resumen, el
telar es el instrumento a través del cual se transmite el patrimonio cultural a
los futuros ciudadanos, a los que marcará para siempre. Y esta transmisión se
realiza por medio de la voz de las mujeres, mucho antes de que los poetas tomen
el relevo en esta función educativa. Una formación audiovisual en la que las
palabras y las imágenes tejidas se entremezclan y conjugan. (Frontisi-Ducroix,
2006, p. 240)
Destaco la caracterización como un “lenguaje”
y a su vez una forma secreta para tomar la voz. La expresión “la voz de la
lanzadera” de Aristóteles, refiriéndose
a Filomela en Sófocles, sitúa precisamente que las
mujeres toman la voz a través del telar. El mito de Filomena narra cómo fue
capaz de romper el silencio de su mudez a través del tejido para darle a
conocer a su hermana que fue víctima de violación (Frontisi-Ducroix,
2006). Otro ejemplo lo encontramos en el bordado nu
shu, como lenguaje secreto para la comunicación entre mujeres en China
(See, 2005). O bien, más reciente, el bordado feminista o las prácticas que se
han llevado a cabo concibiéndose como “puntadas subversivas” (Parker, 2010).
Pero también como una actividad que están
realizando tanto mujeres
y hombres, y que incluso cada vez más se evidencia sin género.
4) La enseñanza y
la transmisión de las actividades textiles. Por un lado, como se destaca al
final del punto anterior, la transmisión de las actividades textiles que, si
bien durante mucho tiempo se asumieron como femeninas o propias de mujeres,
esto no siempre fue así y cada vez más se ha ido modificando, cambiando con
ello los contextos y los sujetos de transmisión. Por otro lado, una discusión
con suma relevancia en este contexto: la diferencia entre lo que se ha llamado
el artesano de tradición (que creció con un entorno familiar o comunitario dedicado
al oficio artesanal y aprendió por ese contacto), o el artesano formado (que de
manera considerada externa se acerca al oficio y lo adquiere por diversas
vías).
Actualmente, incluso, se cuenta con
instituciones educativas formales y no formales que transmiten los oficios
textiles, por solo colocar algunos ejemplos: La Escuela Textil del Mtro. Efrén
Nava, la
escuela del sarape “La Favorita”, La escuela del rebozo de Santa María del Río, La escuela
del rebozo de Tenancingo, e iniciativas como la de Obraje Norte (con cuyo
impulsor, Renato Olguín, aprendí tejido en bastidor), ¡Ah qué las hilachas!, o la Escuela de Artesanías del
INBAL. Otro punto que aquí puede ser incluido es la manera en que se
exponen las actividades textiles en los museos, pues como ya se mencionó a
partir de la definición del ICOM, estos cumplen una función educativa en
términos del patrimonio material e inmaterial, y sin
duda en lo textil encontramos muchas de sus expresiones.
Cada uno de los hilos de urdimbre anteriormente
mencionados puede ser entrelazado con hilos de trama de muy diversas maneras,
pero de una y otra manera nos lleva a prestar atención a la forma en que en el
contexto de la pandemia por COVID-19, y de manera importante en los museos
(como espacios de educación no formal cuyas narrativas llevan a un amplio
público), se ha puesto de manifiesto un particular interés en el dominio
textil, señalándole en su vinculación con las palabras, como una forma de decir
entretejiendo sentidos.
Conclusiones
Los hilos anteriores dan cuenta de una compleja red de
aspectos susceptibles de ser trabajados. Hay muchos elementos que pueden ser
atendidos desde miradas disciplinarias, pero que quizá exijan la multi e
interdisciplina para percatarse del entramado en donde lo textual y el tejido
se relacionan. No es únicamente la constitución de una relación con raigambre
etimológica que ha permeado el lenguaje, sino que ha ido adquiriendo
dimensiones vivenciales, subjetivas, sociales, culturales y educativas
importantes a lo largo de la historia. En ese sentido, no se trata de una sola
vía: los textos tejidos, sino también de los tejidos textos. Un entramado
complejo que hace presentes distintas formas en que la palabra tiene lugar
actualmente bajo expresiones texto-textiles.
Finalmente, no
queda más que señalar que sobre este asunto aún hay mucha tela de dónde cortar,
urdimbre y trama por tejer o, si se prefiere… mucho hilo que narrar.
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Desconozco
el sentido específico en que se utilice el término “didáctico” aquí, no
obstante, en la exposición de la que se habla, pude percatarme que intentan dar
cuenta del proceso de elaboración del rebozo, materiales, instrumentos,
proceso, etc. Tanto en imágenes como con los artefactos.