Detección temprana de las dificultades
en el aprendizaje de la lectura de niños chilenos de cuatro años
Early
detection of difficulties in reading learning in chilean children of four years
old
Recibido: 10
de enero 2022
Evaluado: 30
de febrero 2022
Aceptado:
30 de mayo 2022
Ana Ramírez
Balmaceda
ana.ramirez.b@usach.cl
https://orcid.org/0000-0003-0594-0125
Universidad
de Santiago de Chile
apuente@psi.ucm.es
https://orcid.org/0000-0003-3994-0553
Universidad
Complutense de Madrid
mijal.yodeck@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-5504-6151
virjimene@ucm.es
https://orcid.org/0000-0003-1317-0773
Universidad
Complutense de Madrid.
yardenajodeck@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9411-1585
Universidad
Federico Santa María-Chile
Pamela Araya
Ruiz
pamela.araya@unab.cl
https://orcid.org/0000-0001-7525-6009
Universidad
Andrés Bello-Chile
Juan Felipe Calderón
jfcalder@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-7248-4492
Pontificia
Universidad Católica de Chile
DOI: https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.220
Cómo citar
Ramírez, A., Puente Ferreras, A., Jiménez Rodríguez, V., Jodeck Osses,
Y., Araya Ruiz, P., & Felipe Calderón, J. (2022). Detección temprana de las
dificultades en el aprendizaje de la lectura de niños chilenos de cuatro
años. Revista EDUCA UMCH, (19), 36-57. https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.219
Resumen
El
objetivo de la investigación fue validar una prueba de detección temprana de
dificultades de lectura (Cuetos y Suárez-Coalla) en una muestra de niños
chilenos de cuatro años. La prueba incluye seis tareas que evalúan los
componentes de procesamiento fonológico: a) Discriminación de fonemas con cinco
pares de palabras para que los niños reconozcan si suena igual o diferente; b)
Identificación de fonemas, se presenta un sonido y el niño lo repite y luego
reconoce si ese sonido está en otras palabras; c) Segmentación de sílabas, se
identifica cada sílaba de una palabra; d) Repetición de pseudopalabras, el niño
repite palabras que no existen porque han sido inventadas; e) Repetición de
dígitos de diferentes tamaños sin cometer errores, las series oscilan entre uno
y cinco dígitos; f) Fluidez verbal, se presenta el nombre de un animal y el
niño debe repetir todos los animales que se le ocurran, en un tiempo limitado.
Los resultados confirman que la prueba es aceptable en términos de estructura y
componentes de la conciencia fonológica (identificación y discriminación de
fonemas, segmentación de sílabas, repetición de dígitos y pseudopalabras,
fluidez verbal) como predictores de la lectura. Los indicadores estadísticos de
validez y fiabilidad fueron muy similares en la muestra española y en la
chilena. Los aspectos de carácter lingüístico, tales como la redacción de las
instrucciones y los enunciados de los reactivos, no han necesitado ser
modificados. Así lo informaron los terapeutas que aplicaron la prueba a los
niños en los diversos centros educativos; y la observación sistemática de los
investigadores confirman que la tarea se desarrolló sin ninguna dificultad
significativa.
Palabras
clave: Lectura Inicial,
Conciencia Fonológica, Fluidez Verbal, Validación De Instrumento, Dificultades
Prelecturas
Abstract
The objective of the research was
to validate an early detection
test for reading difficulties (Cuetos and Suárez-Coalla) in a sample of four-year-old Chilean children. The test includes six tasks that
assess the components of phonological processing: a) Phoneme discrimination with five pairs of words
for children to recognize if
it sounds the same or different;
b) Identification of phonemes,
a sound is presented and the child repeats it
and then recognizes if that sound
is in other words; c) Segmentation of syllables, each syllable of a word is identified; d) Repetition of pseudowords, the child repeats
words that do not exist because
they have been invented; e) Repeating digits of different sizes without making mistakes, the series ranges from one
to five digits;
f) Verbal fluency, the name
of an animal is presented and the child must repeat
all the animals
that occur to him, in a limited
time. The results confirm that the
test is acceptable in terms of structure and components of phonological awareness (identification and discrimination of phonemes, syllable segmentation, repetition of digits and pseudowords, verbal fluency) as predictors of reading. The statistical indicators of validity and reliability were very similar in the Spanish and Chilean samples. The linguistic
aspects, such as the wording of the instructions and the statements of the items, did
not need to be modified. This was reported
by the therapists
who applied the test to children
in the various educational centers; and the systematic observation of the investigators confirms that the
task was carried out without
any significant difficulties.
Keywords:
Initial Reading, Phonological
Awareness, Verbal Fluency, Instrument Validation,
Pre-Reading Difficulties
Fundamentación teórica
La Educación Infantil es un período
formativo previo a la Educación Primaria. En algunos países este período
constituye parte del sistema formal de educación y en otros se considera
opcional como un centro de cuidado o jardín de infancia, para las edades de 0 a
6 años. En España, la educación infantil está organizada en dos ciclos, el
primero incluye de 0 a 3 años, y el segundo de 3 a 6 años. Recientemente, se
está proponiendo un ciclo denominado "Educación Inicial" que consiste
en educar al niño desde muy temprano. Los niños participantes en el estudio
incluyen un rango de edad específico de 4 años cumplidos hasta los 4 años 12
meses, donde se promueve el desarrollo de los prerrequisitos de lectura (Gallego, 2006; Beltrán, López-Escribano y Rodríguez, 2006).
La adquisición de los prerrequisitos indica el momento adecuado para comenzar
la ‘instrucción formal’ de la lectura eficaz. Para ello, el aprendizaje formal
requiere una instrucción planificada, y en ningún caso los prerrequisitos por
sí solos bastan para el desarrollo de la lectura.
Los estudios científicos de los
prerrequisitos plantean la necesidad, o por lo menos la conveniencia, de que
los niños de Educación Infantil desarrollen ciertas habilidades
metalingüísticas; ya que esto les va a permitir acceder en mejores condiciones
al desarrollo de la lectura en los sistemas alfabéticos y les capacita para
alcanzar niveles lectores adecuados. Por ello, siempre que un niño manifieste
alguna dificultad a la hora de realizar actividades de lectura, se recomienda
llevar a cabo programas específicos estructurados para desarrollar las
habilidades metalingüísticas que puedan prevenir dificultades de lectura y escritura
(Carrillo, Romero & Sánchez, 1992; Clemente & Domínguez, 1999; Defior, 1994; Herrera & Defior,
2005; Rueda, 1995; Rueda, Sánchez & González, 1990).
El abanico de las competencias de
iniciación lectora es amplio; algunas son consideradas esenciales, como por
ejemplo el desarrollo de la conciencia fonológica (CF) (Bryant, MacLean, Bradley & Crossland,
1990; Caravolas, Volin & Hulme, 2005;
Carrillo, Romero & Sánchez, 1992; Carrillo & Marín, 1996; Herrera, Defior & Lorenzo, 2007; Ziegler & Goswami, 2005). La CF no emerge de una sola vez como una
competencia unitaria, más bien es un proceso paulatino de desarrollo durante el
cual se incrementa la sensibilidad a los diferentes segmentos fonológicos
(rima, sílaba, fonema) (Alegría, 2006; Morais, Cary,
Alegría, & Bertelson, 1979) que los niños pueden reconocer
y manipular. En un primer momento, los niños perciben los estímulos
lingüísticos de manera holística (Barton & Sawyer, 2003; Vihman & Croft, 2007) y
progresivamente comienza a reconocer y diferenciar los distintos segmentos
(Anthony, Aghara, Solari et al., 2011).
Desde un punto de vista neuropsicológico, la lectura es un proceso cognitivo
con distintas competencias, que deben madurar antes del inicio formal de la
lectura: la discriminación de fonemas, la segmentación de sílabas, la
identificación de fonemas, la fluidez verbal, la velocidad de denominación, la
repetición de dígitos y las competencias de memoria a corto plazo (Mather &
Wendling, 2011; Savage et
al., 2005).
Uno de los aspectos de mayor
desarrollo de la CF es el repertorio de las tareas e instrumentos de
evaluación. Lewkowicz (1980) identificó diez tareas de la CF: (a) emparejar
sonidos-palabras, (b) emparejar palabras, (c) reconocer y producir rimas, (d)
pronunciar sonidos aislados de palabras, (e) producir en orden los sonidos
correspondientes a los fonemas de la palabra, (f) contar fonemas, (g) combinar,
(h) suprimir fonemas en palabras, (i) especificar qué fonema ha sido suprimido,
y j) sustituir fonemas. Bradley y Bryant (1985) ampliaron el espectro de tareas,
incluyendo juicios de similitud, tales como “oddity task” (p. ej., ¿Qué palabra no tiene el mismo sonido
inicial que las otras: mal, mes, mi, ¿son?); la inversión de sonidos, en la que
se requiere pronunciar una palabra según el orden inverso de la secuencia de
sonidos que la forman (Alvarado, Puente, Fernández y Jiménez, 2015; Mann, Tobin
y Wilson, 1987; Spector, 1992).
En general, las tareas utilizadas
en la evaluación de la CF difieren entre sí en dos puntos: (a) los procesos
cognitivos que el sujeto tiene que activar para conseguir alcanzar los
objetivos propuestos, y (b) el nivel de unidad lingüística utilizada en la
tarea. Estas cuestiones determinan la dificultad de las tareas que miden CF (Defior, 1996). En cuanto al nivel de unidad lingüística,
los niños que no saben leer muestran grandes dificultades para tomar conciencia
de los fonemas; siendo los segmentos de la palabra de mayor tamaño, como la
sílaba o la unidad intrasilábica, los que podrían
manipular inicialmente antes de acceder a la unidad fonológica de mayor
abstracción (Jiménez & Ortiz, 2000).
Revisando algunas investigaciones,
se observa, en primer lugar, la existencia de una correlación significativa
entre las medias de CF, tales como emparejar palabras por su rima y aislar
sonidos, y las habilidades iniciales de lectura (Bravo, Villalón, &
Orellana, 2003; Coloma & Infante, 2004; Morais, Alegría, & Content,
1987). Estos resultados son consistentes con otros hallazgos previos sobre la
relación entre los diferentes tipos de tareas que miden las habilidades
metafonológicas, estudios que indican que la mayoría de estas pruebas están
correlacionados de forma significativa, si bien pueden observarse diferencias
en la dificultad relativa en ciertos tipos de tareas (Stanovich et al., 1984; Yopp,
1988). Los análisis correlacionales efectuados muestran, así mismo, la
existencia de relación entre la tarea de escritura inventada y las medidas
tradicionales de CF que requieren para su ejecución habilidades
metalingüísticas, como se observa en estudios en lengua inglesa (v.g.: Mann, 1993; Torgesen y Davis, 1996; McBride-Chang, 1998).
Los estudios relacionados con la
segmentación silábica han mostrado que estas habilidades se desarrollan antes
que las habilidades de segmentación a nivel fonémico antes de iniciar la instrucción
formal de la lectura (v.g. Fox y Routh, 1975; Jiménez,
1992; Liberman, Shankweiler, Fischer y Carter, 1974; Manrique y Gramigna, 1984). La conciencia silábica se puede
desarrollar en tres niveles, como ejemplo: a) Presentar tarjetas con dibujos y palabras
de tres o cuatro sílabas para colocar cada sílaba en un recuadro; b) Buscar la
sílaba que falta en un puzle, la primera parte del puzle contiene la palabra
completa para poder guiarse; c) Componer un puzle buscando la parte que falta
(Márquez & de la Osa, 2003).
En el nivel lingüístico hay que
tomar en cuenta los tipos de fonemas en la enseñanza, comenzando por los
vocálicos, luego los consonánticos, fricativos y después el resto. Debido a que
en este nivel lingüístico los niños no pueden apoyarse en las unidades
articulatorias naturales para darse cuenta de la existencia de los fonemas, es
importante que en los momentos iniciales de enseñanza, y en cualquier
circunstancia en que se detecten problemas para realizar las tareas con
fonemas, se le proporcione el sonido inicial o final del siguiente modo: para las consonantes fricativas, prolongar o
alargar el sonido mientras se pronuncia la palabra; para las consonantes
oclusivas: repetir el sonido dos o tres veces antes de pronunciar la palabra
entera (Clemente & Domínguez, 1999; Ehri, Nunes, Willows, Schuster, Yaghoub-Zadeh
& Shanahan 2001).
En algunas pruebas de lectura se
recomienda el uso de tareas clásicas como la identificación de fonemas que
valoran la capacidad de discriminar fonemas dentro de una palabra. Se le dice
al niño un fonema aislado y se le pide que lo reproduzca, luego se le ponen
ejemplos de palabras que incluyan ese fonema. En la discriminación de fonemas,
los niños tienen que decir si dos palabras son iguales (mano-mano) o diferentes
(mano-león). Generalmente, los niños normales realizan la tarea sin dificultad.
Las rimas constituyen elementos
fundamentales de enseñanza de las habilidades metalingüísticas. Tareas y tipos
de rimas son muy variados en cuanto a los análisis que tienen que realizar los
niños: a) Que las palabras compartan los fonemas finales, diferenciándose al
comienzo en más de un fonema (campana-ventana; conejo-espejo); b) Que una
palabra contenga todos los fonemas de la otra (pera-sopera; pala-ala); c) Que
las palabras compartan los fonemas finales, diferenciándose al comienzo en el
fonema inicial (luna-cuna, puente-fuente); d) Que las palabras compartan los
fonemas finales, diferenciándose al comienzo en que una palabra tiene un fonema
y la otra un grupo consonántico (fresa-mesa, gato-plato) (Bradley & Bryant,
1985; Rueda, 1995).
En la primera etapa de la Educación
Infantil, cuanto mayor sea la sensibilidad que tengan los niños a las rimas,
ritmos y diferencias silábicas, con mayor éxito se puede esperar que dominen
los fonemas que configuran el lenguaje escrito. Este logro depende en gran
medida de la interacción entre los métodos de enseñanza –que les permiten ir
desarrollando estrategias lectoras más avanzadas (automatización, velocidad,
comprensión)–, y el dominio de los procesos fonológicos (Bravo-Valdivieso,
Villalón, & Orellana, 2003). El déficit en el reconocimiento fonológico de
las palabras es considerado como nuclear en el trastorno disléxico y la gran
mayoría de los investigadores aportan evidencias en este sentido (Mann y Foy 2003; Palmer, 2000; Parrila, Kirby y McQuarrie
2004; Scarborough 2002; Stanovich, 1986, 2000; Vellutino, Fletcher, Snowling y
Scanlon, 2004; Vellutino y Scanlon 2002). Por lo
tanto, el desarrollo de la conciencia fonológica no es independiente del
desarrollo verbal.
Una tarea de uso frecuente en las
pruebas de lectura es la repetición de dígitos para medir la memoria
fonológica. La tarea consiste en repetir series de números que están colocados
en columnas para el examinador; se comienza con un número, si lo repite bien se
pasa a dos números, después a tres... Si falla se le da otra oportunidad con la
serie de la segunda columna. Si fracasa en los dos intentos se interrumpe la
prueba y se anota el número de dígitos que ha conseguido repetir. Se presentan
al ritmo de un número por segundo.
Algunos autores han cuestionado la
importancia de la fluidez lectora como determinante del aprendizaje inicial de
la lectura. Sin embargo, otros investigadores, como Rasinski, Reutzel, Chard y Linan (2011b)
sugieren que los estudios correlacionales muestran una asociación positiva
entre velocidad de las palabras leídas por minuto y la comprensión lectora.
Este fenómeno ha inducido a muchos docentes a hacer dogma de ese dato
estadístico, y a elaborar programas de enseñanza de la fluidez lectora en los
que se han olvidado variables como la prosodia y la comprensión (González, Defior, Calet, & Gutiérrez,
2014; Elmaleh, Mera, & Ramírez, 2018).
Cuetos et al. (2015) construyeron
un instrumento para la detección temprana de dificultades en el aprendizaje de
la lectura y escritura. La prueba posee algunas características importantes:
sencillez en la aplicación, rapidez en la corrección y capacidad predictiva de
la lectura; además, es válido y fiable, elementos que garantizan la calidad de
la prueba. En España durante el proceso de validación se seleccionó una muestra
ad hoc y los resultados obtenidos son francamente sólidos y consistentes. La
pregunta de origen planteada es en qué medida dicha prueba puede ser aplicada
con éxito en Chile en una muestra de niños de similares características de
edad. Nuestra hipótesis inicial era que la prueba podría
ser aceptable en términos de estructura y componentes de la conciencia
fonológica como predictor, pero en otros aspectos de carácter lingüístico como
la redacción de las instrucciones, el uso de determinados reactivos, etc.,
requeriría una validación, adaptación y ajuste.
Material y métodos
Muestra
Un total de 191 niños de cuatro años participaron en el estudio. Todos los niños fueron evaluados en los respectivos centros educativos con el consentimiento de los padres, directores y maestros. El número mayor de la muestra fue seleccionado de la región Metropolitana de Santiago de Chile y la otra parte de la muestra, de menor tamaño, fue recogida de la Quinta región en las comunas de Valparaíso y de Viña del Mar. Los centros fueron seleccionados aleatoriamente. Las pruebas fueron administradas por psicopedagogos entrenados previamente para que el ejercicio se ajustara a las normas prescritas por los autores de la prueba. Todas las subpruebas fueron aplicadas de manera individual. En la tabla 1 se incluye la edad de cuatro años y de manera diferencial los meses, con la frecuencia y el porcentaje.
Materiales: los ítems de la prueba se organizan en
seis categorías. En el apéndice se incluyen las instrucciones para la
aplicación de cada una de las categorías
1)
Discriminación de fonemas, se presentan
cinco pares de palabras para que el niño reconozca si suenan igual o diferente.
2)
Identificación de fonemas, se presenta un
sonido y el niño debe repetir y luego reconocer si está ese sonido en otras
palabras (fonemas dentro de cinco palabras).
3)
Segmentación de sílabas, mediante golpes
suaves o palmadas, el niño debe ir identificando cada sílaba de una palabra
(las palabras varían en tamaño de sílabas).
4)
Repetición de pseudopalabras, el niño debe
repetir palabras inventadas (cinco pseudopalabras).
5)
Repetición de dígitos, se presentan dos
series de dígitos que aumentan en tamaño y el niño debe repetir sin cometer
errores (las series oscilan entre uno y cinco dígitos).
6)
Fluidez verbal, se presenta el nombre de
un animal y el niño debe repetir todos los animales que se le ocurra en un
minuto.
Tarea
A cada niño se le pasan las subtareas que componen la prueba en el mismo orden en que aparecen y siguiendo las instrucciones que se encuentran en el apéndice. Antes de comenzar con los ítems puntuables, hay varios ensayos para asegurarse de que el niño ha comprendido las instrucciones.
Resultados
Un dato de
interés es la forma cómo se representa la distribución por edades de los
participantes en el estudio. El rango de edad de la muestra es de cuatro años y
cero meses (4 años y 0 meses), límite inferior y cuatro años y once meses (4 años
y 11 meses) límite superior. Se observa la falta de homogeneidad de la
distribución de las frecuencias. Dos puntos de la distribución (figura 1)
acumulan los mayores porcentajes de frecuencia.
El valor de cuatro
años un mes (4.1) acumula el 18% de los casos y el otro valor es cuatro años
once meses (4.11) que acumulan 15%. Asumiendo que este periodo de edad es
crucial para el aprendizaje inicial de la lectura, algunos autores sospechan
que la diferencia de edad de los niños podría constituir un factor determinante
en la maduración lectora. A mayor número de meses entre cuatro y cinco años,
mejor preparación para la lectura formal, siempre que los niños continúen con
la escolaridad regular. Las otras frecuencias de edad, a excepción de los dos
extremos mencionados, muestran una tendencia de distribución normal no muy
uniforme.
En la prueba de
normalidad de niños en relación con los resultados se observan algunos aspectos
que merecen ser analizados. Como se observa en la figura 2, en la distribución
de los niños se nota un ligero sesgo hacia la derecha para los valores altos,
valores que oscilan entre 23 y 30 puntos. Mientras que en la distribución de
las niñas existe mayor regularidad y uniformidad que lleva a una aproximación
hacia la curva normal con una mayor concentración en los valores alrededor de
la media y con menor frecuencia de valores hacia los extremos tanto del lado
izquierdo (valores bajos) como del lado derecho (valores altos).
En apariencia, se podría pensar que los
niños rinden algo mejor que las niñas en la prueba de detección temprana de las
dificultades de aprendizaje de lectura y escritura. Sin embargo, y aunque la
media de las niñas es ligeramente superior a la media de los niños (21,69 vs
20,54), cuando se aplica a los datos la prueba no paramétrica U - test de Mann
Whitney, el resultado final es que la diferencia entre los puntajes de niños y
niñas no es significativamente diferente. Luego y según los resultados, no
parece confirmarse la hipótesis de que las niñas desarrollen mejores
habilidades preparatorias para la lectura; no obstante, se observa una
tendencia mayor a que los niños en edad temprana presentan mayores dificultades
a la hora de realizar tareas, tales como la discriminación e identificación de
fonemas, segmentación de sílabas, repetición de pseudopalabras, dígitos y
fluidez verbal. La distribución de los puntos obtenidos por los participantes
en la prueba se ordena en las siguientes categorías cualitativas tomadas de los
datos cuantitativos (tabla 2).
Los
participantes que se encuentran en las categorías de dificultades severas,
leves e incluso rendimiento normal se recomienda que sean entrenados aplicando
alguno de los programas de intervención para el desarrollo de las habilidades
metalingüísticas, si el objetivo es preparar a los niños para iniciar el
proceso lector sistemático.
Tal como
se puede ver en la tabla 3 la puntuación promedio conseguida fue de 21,146
sobre 30. La puntuación media en cada subtarea va de 2,905 en la de fluidez a
3,905 en la repetición de pseudopalabras.
En
la figura 3 se puede ver la distribución de las puntuaciones que se
ajustan a la curva normal con un pequeño incremento en la cola de la izquierda
como consecuencia del grupo de niños que tienen dificultades en el
procesamiento fonológico.
Además, con el fin de proporcionar categorías cualitativas a partir de los
datos cuantitativos, se consideraron, como se hace usualmente, puntuaciones
normales, los valores comprendidos entre una desviación por encima y por debajo
de la media. Esto es, los valores entre 15.979
(21,146 -5,167) y 26,313 (21,146 +5.167)
se consideran puntuaciones normales. Por encima de 27 se sitúan los niños con
buenas puntuaciones y por debajo de 16 se encuentran los niños de riesgo. Si en
vez de una desviación de la media se resta una desviación y media, la
puntuación de corte está en 16,17. Este valor indica que se pueden considerar
casos graves todos los que tengan una puntuación por debajo de 16.
En total son 31 niños los que obtienen una puntuación de 16 o menos, lo que
supone un 10,4% del total. Un dato de interés en esta clase de estudios son los
percentiles que se obtienen a partir de las puntuaciones directas de los
participantes en la prueba (tabla 4).
En definitiva, basándose en los datos obtenidos por esta muestra se pueden
establecer estas cuatro categorías: a) entre 28 y 30 puntos: buen rendimiento;
b) entre 15 y 26 puntos: normal; c) entre 13 y 15 puntos: dificultades leves, y
d) menos de 13 puntos: dificultades severas (tabla 2).
Fiabilidad
Para el cálculo
de fiabilidad se utilizó el coeficiente α de Cronbach con el número de aciertos
en todas las subpruebas. El valor de este coeficiente es de 0,703, realmente
alto, lo que le confiere una alta fiabilidad a la prueba.
Validez
En cuanto a la validez, se utilizó la validez de constructo a través de las correlaciones entre las seis subpruebas que componen la prueba y con la puntuación total en la prueba. La clave para la validez de constructo son las ideas teóricas o supuestos detrás del rasgo en cuestión, es decir, los conceptos que definen cómo es vista la madurez para la iniciación a la lectura (Messick, 1989). Tal como se puede ver en la tabla 5, las correlaciones entre las subpruebas son altas, y en todos los casos, son estadísticamente significativas. En cuanto a las correlaciones con el total de la prueba son todas muy altas, siendo la más alta la discriminación de fonemas y la más baja la fluidez verbal.
Discusión
Numerosas investigaciones han señalado que las habilidades de conciencia fonológica constituyen un factor fundamental para que los niños prelectores lleguen a ser lectores y escritores eficaces (Bradley & Bryant, 1985; Jiménez, Rodrigo, Ortiz & Guzmán, 1999; Lundberg, Frost & Peterson, 1988; Roth, Speece & Cooper, 2002; Sprugevica & HØien, 2003; Storch & Whitehurst, 2002; Swanson, Mink & Bocina, 1999; Wagner, Torgesen & Rashotte, 1994). Así, uno de los principales problemas que afrontan los niños prelectores es comprender que el habla puede ser segmentada en unidades, hasta llegar a las más pequeñas, que son los fonemas, y que estas unidades son las que se representan mediante letras. En lengua castellana (o española) tenemos abundantes estudios, cuyos resultados no se desvían mucho de la tradición anglosajona y si algún factor muestra un comportamiento poco consistente con dicha tradición se podría explicar por las diferencias y características de la lengua (Carrillo, 1994; Carrillo & Marín, 1996; Defior & Herrera, 2003; Domínguez, 1996a, 1996b; González, 1996; Jiménez, 1992; Jiménez & Ortiz, 2000) (tabla 6 y 7).
El objetivo del estudio es analizar la validez y fiabilidad de la prueba de
detección temprana de las dificultades en el aprendizaje de la lectura y la
escritura, utilizando para ello la prueba elaborada por Cuetos y cols. (2015).
Dicha validación fue realizada en una muestra chilena de la misma edad y
características de desarrollo de los niños españoles. La aplicación fue
ejecutada siguiendo los mismos criterios señalados en la prueba original, sin
modificar las instrucciones, ni el lenguaje usado en la versión chilena, al
igual que el formato para ejecutar las subtareas. Los tiempos de administración
de la prueba fueron también los mismos; por lo tanto, se puede considerar como
un instrumento breve para diagnosticar a los niños chilenos de entre 4 años cero
meses y 4 años doce meses.
La detección temprana de las dificultades que se evalúan en la prueba,
antes de comenzar el proceso de aprendizaje sistemático de la lectoescritura,
puede evitar el fracaso escolar y el sufrimiento de muchos niños y familias.
Los resultados de las investigaciones de los últimos
años muestran, de manera clara, que a través de la evaluación del procesamiento
fonológico se puede detectar a los niños con riesgo de presentar dificultades
en ese aprendizaje.
En la muestra chilena se puede observar
que algunas tareas están fuertemente asociadas con los prerrequisitos de la
lectura y casi todas ellas se correlacionan como si fueran unidades
lingüísticas en cadena que se apoyan mutuamente; así, por ejemplo: la
repetición de pseudopalabras y la discriminación de fonemas facilitan la
identificación de los fonemas y estas a su vez facilitan la segmentación de las
sílabas. En este caso, como ocurre en el estudio de Cuetos y cols., no parece
tan evidente la influencia de la fluidez verbal, a pesar de que algunos autores
defienden su importancia como elemento predictor de la lectura.
En consecuencia, para la construcción de
esta prueba se tuvieron en cuenta distintos aspectos del procesamiento
fonológico, pero todos ellos relacionados con la lectura y escritura, como son
la discriminación de fonemas, la conciencia fonológica, la memoria a corto
plazo y el acceso al léxico. La discriminación de fonemas permite la escritura
al dictado; la conciencia fonológica necesaria para descomponer el habla en sus
unidades menores (sílabas y fonemas) para conectarlas posteriormente con los
grafemas correspondientes; la memoria a corto plazo, imprescindible para
retener información verbal mientras se leen o escriben palabras o frases, y el
acceso al léxico que permite desarrollar una lectura fluida.
Todos estos componentes están
estrechamente relacionados y prueba de ello es que cuando hay déficit en alguno
de ellos suele haberlo en todos, como ocurre con los niños disléxicos. También
en niños sin dificultades se encuentra correlación en cuanto se evalúan esos
componentes.
De acuerdo con estos datos, en este
estudio, con una muestra de casi 300 niños, hemos encontrado unas correlaciones
altas entre todos los componentes y con el total de la prueba, lo que le
confiere una buena validez de constructo. También tiene una alta fiabilidad,
según la prueba de Cronbach, lo que significa que es una prueba útil para
detectar problemas en el procesamiento fonológico y, en consecuencia, predecir
las dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura. Los niños con una
puntuación baja en esta prueba, posiblemente, tendrán dificultades para
aprender a leer y escribir. El objetivo de la prueba es justamente evitar que
se produzcan esas dificultades, ya que la intervención temprana sobre los niños
de riesgo es mucho más efectiva.
La prueba es de fácil y rápida aplicación
en niños de cuatro años. Se tarda un promedio de seis a diez minutos y con la
puntuación obtenida se puede ver si el niño necesita intervención logopédica
para evitar problemas de lectura y escritura. De hecho, en la propia prueba se
indican los valores por debajo de los cuales se consideran casos de riesgo.
Está pensada para los pediatras en la revisión de los cuatro años y para las/os
docentes de Educación Infantil que trabajan con niños de esta edad. Sin duda,
su aplicación y posterior intervención logopédica, evitará el fracaso escolar y
la pérdida de autoestima de muchos niños.
Alegría, J. (2006). Por
un enfoque psicolingüístico del aprendizaje de la lectura y sus dificultades-20
años después. Infancia y Aprendizaje, 29, 93-111. https://doi.10.1174/021037006775380957
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