El
método triádico de Gérard Genette y análisis de la novela mañana
volveré de
Marcos Yauri Montero
Gérard Genette's triadic method and analysis of the
novel I'll be back
tomorrow by Marcos Yauri Montero
Recibido: 10 de diciembre 2021
Evaluado: 28 de febrero 2022
Aceptado: 09 de junio 2022
Guillermo
Príncipe Cotillo*
principegf@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0003-2882-3124
Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Perú
DOI: https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.222
Cómo citar
Príncipe Cotillo, G.
(2022). El método triádico de Gérard Genette y análisis de la novela mañana
volveré de Marcos Yauri Montero. Revista EDUCA UMCH, (19), 88-103. https://doi.org/10.35756/educaumch.202219.222
Resumen
El objetivo principal del
presente estudio consistió en aplicar el método triádico de Gérard Genette
(1989), para analizar la estructura narrativa de la novela Mañana volveré.
Para este efecto, se partió del principio que toda creación narrativa posee dos
componentes: la historia, representada por el qué o plano del
significado; y el discurso, el cómo o plano del significante. Dichos
componentes fueron analizados teniendo en cuenta como soporte de estudio los
aportes de la narratología y, asumiendo como método de estudio, las tres
categorías propuestas por G. Genette: la modalización, la temporalización y la espacialización.
Los resultados demostraron que el corpus global de la narrativa, se ha
construido teniendo en cuenta múltiples puntos de vista, llamado
focalizaciones, sumado a distorsiones del tiempo y la configuración de un
espacio sociocultural extendido. Esta es concebida como una realidad
heterogénea, compleja y contradictoria, en la que coexiste; especialmente el
migrante andino, en condición de marginado y, peor aún, desarraigado como un extranjero
en su propio país, simbolizado en la figura de Raúl, personaje protagonista.
Palabras clave: Triádica, Heterodiegético,
Homodiegético, Desarraigado
Summary
The main
objective of the study was to apply the triadic method of Gérard Genette
(1989), to analyze the narrative structure of the novel Tomorrow I will return.
For this purpose, we started from the principle that every literary creation
has two components: the story, represented by the what or level of meaning; and
the discourse, the how or plane of the signifier. These components were
analyzed taking into account the contributions of narratology and, assuming as
a method of study, the three categories proposed by Genette: modalization,
temporalization and spatialization. The results showed that the global corpus
of the narrative has been built taking into account multiple points of view,
called focalizations, added to distortions of time and the configuration of an
extended socio-cultural space. This reality is heterogeneous, complex and
contradictory, in which it coexists, especially the Andean migrant, in a
marginalized condition and, worse still, uprooted, perhaps as a foreigner in
his own country, symbolized in the figure of Raúl, the main character.
Keywords: Triadic, Heterodiegetic, Homodiegetic, Uprooted
1. Introducción
La literatura se ha desarrollado
a través del tiempo, particularmente en su modalidad escrita, sujeto al
principio que, para existir ha requerido siempre de la participación del
lector, quien, empujado inicialmente por elemental deseo de entretenimiento o
recreación, dio cuenta de su particular existencia; iniciándose así, no solo su
difusión por entre la colectividad de lectores sino también su primigenia
teorización, la misma que posteriormente ha de llamarse teoría literaria.
Dicho, en otros términos, la práctica de la lectura no solo selló la
preexistencia de la literatura como género independiente, sino también marcó el
derrotero de su posterior teorización, la misma que, repetimos, adoptaría la
calificación de teoría literaria. Sin embargo, esta teorización no respondió
todavía a un proceso de estudio sistemático, científico, ni mucho menos, sino
más bien a elucubraciones subjetivas y muy personales, resultado de la
particular percepción de la obra literaria. Mientras tanto, como es fácil de
suponer, dicha obra existió solo para el autor, es decir para su primigenio
creador.
Con el tiempo esta percepción
limitada de la literatura va a cambiar radicalmente, como consecuencia de la
aplicación de los presupuestos metodológicos concertados, primero, a la
práctica de la lectura; y segundo, a la valoración de la literatura como género
independiente. Uno de estos procedimientos usados acaso con apremio fue la
hermenéutica, concentrada al principio solo a la lectura e interpretación de
las llamadas sagradas escrituras, durante los siglos XVI y XVII; pero,
posteriormente, ya entrados en el siglo XIX e inducidos por aportes de la
filosofía de Wilhelm Dilthey (1839-1911), se extendió en el estudio y el
desarrollo de la crítica literaria, entendida ahora como sistema de estudio particularizado
de la literatura. Es más, la hermenéutica se expandió también, como lo afirma
Gómez-Martínez, J. (2015) a otras áreas del conocimiento, como el de las
ciencias sociales y humanas en general. Este hecho obligó al lector, como lo
advierte Equinoa, A. (s/f), a adoptar nuevas y cada vez más complejas funciones
como, por ejemplo, el papel de re-creador (segundo creador) o decodificador de
la estructura ficcional inventada por el autor; invirtiéndose así, qué duda
cabe, la tradicional función de lector subjetivo en “lector con participación y
movilidad activa” (Mestre A. 2017); o, según Jean-Paul Sartre (1905-1980), en
lector comprometido, ya que para él, el lector “tiene una actividad paralela a
la del autor” (Rojas, M. 2005, p. 166).
Siendo así y a partir de finales
del siglo XIX e inicios del XX el estudio sistemático de la literatura se
diversificó aún más, motivado ahora, como ya se ha indicado en el parágrafo
precedente, por el desarrollo de procesos sistemáticos cada vez más complejos y
diversificados. Solo así se puede explicar, por ejemplo, la propuesta
metodológica de Correa Calderón y Lázaro Carreter (1997), tipificada con la
denominación genérica de método temático; la de Wolfgang Kayser (1906-1960),
con su teoría del “mundo representado” (personaje, acontecimiento y espacio);
la de Georg Lukács (1885-1971),
sustentada en los presupuestos teóricos de la filosofía marxista, así como de
la exigencia de aplicar como método de estudio la dialéctica materialista. En
esta misma dirección se debe ubicar también la teoría sociológica de Lucien
Goldman (1913.1970), sumadas a la vez a generalización de las posturas teóricas
derivadas de la semiología y desarrolladas, acaso en oposición a las propuestas
teóricas del materialismo dialéctico e histórico.
Desde entonces y con aportes de la semiología sustentados desde Ferdinand de
Saussure (1857-1913), se posesionaron nuevos estudio de la literatura,
como el de Roland Bartres (1915-1980), filólogo e impulsor de la teoría de
símbolos e imágenes y crítico de la aplicación de la teoría positivista en el
estudio de la literatura; el de Román Jakobson (1896-1982), fundador del
Formalismo Ruso e interés concentrado en el estudio de la forma; el de Claude
Lévi-Strauss (1908-2009), impulsor del método estructuralista en el
estudio de las ciencias sociales, en clara oposición a la teoría evolucionista
de Charles Darwin (1809-1882), y, finalmente, el de Umberto Eco (1932-2020),
intelectual multifacético que interactuó como semiólogo, filósofo, crítico literario
y novelista; quien, además, postulara por la teoría de considerar a la obra
literaria como una “máquina presuposicional”.
Estas referencias, como podrá
colegirse fácilmente, ampliaron pues las opciones de estudio de la producción
literaria, pero sustentadas ahora en la aplicación de procesos sistemáticos,
científicos. Solo así se podrá entender, como un caso, la propuesta de estudiar
la literaria: “desde el punto de vista del escritor, de la obra, del lector y
del contexto” (Alcalá, 1997-98, p. 347).
1. Materiales de estudio
La producción narrativa de Marcos
Yauri Montero es infundiosa, la misma que solo por razones referenciales, puede
agruparse teniendo en cuenta dos calificaciones siguientes:
* Como ganador de premios:
Premio Nacional de Novela, con la Sal amarga de la tierra (1968); En
otoño, después de mil años, de la Casa de las Américas, La Habana-Cuba
(1974); Premio de Fomento a la
Cultura Peruana Ricardo Palma, por la Sal amarga de la tierra
(1969); Premio José Gálvez Barrenechea de poesía (1977); el Premio
Extraordinario Gaviota Roja, por Así que pasen los años (1983).
*Con
comentarios aprobatorios al publicar las mismas novelas: María Colon (1980), El hombre de la
gabardina (1996), No preguntes quién ha muerto (1999), Eurídice,
el amo (2004), El misterio de la calle Loreto (2010), Cuando la
risa es fiesta (2011), Un caballo en la Av. Roque y Bologña (2015).
2. Método de estudio
Para el lector poco habitado en
el estudio de la literatura la composición y estructura narrativa de la novela Mañana
Volveré (2000), puede resultar muy compleja. Pues no es fácil acceder a su
universo narrativo. De ahí que después de evaluar otras opciones de estudio, se
optó por asumir el método tríadico de Gérard Genette (1930-2018)
en tanto que dicho estudio, según sus propias propuestas, debe partir
reconociendo que la estructura de toda narrativa se sustenta en cuatro
categorías: el tiempo, el espacio, los personajes y las estrategias o puntos de
vista asumidas por el autor.
Se sustenta, además, como ya se
ha aludido en los parágrafos precedentes, en la teoría dicotómica del lenguaje
(significante y significado) de Ferdinand de Saussure (1857-1913), asumidas por
Gérard Genette y Roland Barthes (1915-1980); en los que se pondera el estudio
de la obra literaria, a partir del “código o lengua literaria” o “lenguaje
articulado, oral o escrito” (1970, p. 9). De ahí la afirmación categórica de
tipificar al texto literario como un “tejido de significantes” (Romagnoli, A.,
s/f).
Siguiendo este razonamiento la
estructura narrativa es, en efecto, el resultado de una interconexión de dos
elementos estrechamente ligados entre sí: la historia, que viene a ser
el plano del significado o contenido (cadena de sucesos, acciones o
acontecimientos); y el discurso o el plano del significante (expresión o
medios a través de los cuales se da a conocer el contenido). Dicho, en otros
términos, “La historia es el qué de una narración que se relata, [y] el
discurso el cómo” (Chatman, S. (1990, p. 20). De ahí que, en el estudio
de la novela Mañana volveré, se ha optado por asumir como soporte
metodológico, la interrelación de tres categorías propuesta por Gérard Genette:
la modalización, la temporalización y la espacialización; que,
sumadas e interconectadas entre sí, han permitido explicar el contenido de la
estructura global de la narrativa de Marcos Yauri Montero.
3. Descripción de resultados
La historia de la narrativa Mañana
volveré abarca un proceso extendido; y, además, se concentra en la
autobiografía del personaje principal Raúl, la misma que se formaliza teniendo
como soporte del discurso, la memoria y los recuerdos individualizados del
indicado personaje. Y cubre desde su niñez, aproximadamente no menos de cinco años
de edad, hasta su condición de adulto y profesional.
Ahora, si se toma en cuenta el
año que ocurrió el terremoto de Huaraz (1970), suceso al que se hace referencia
reiteradamente en la trama de la novela y, cinco años aproximados que demoró su
reconstrucción, sumados a la estancia de Raúl en la ciudad de Lima en condición
de profesional, en la que se narran sucesos ocurridos en múltiples espacios de la
misma, cubre un tiempo aproximado de setenta años. Constituyéndose así, la
extensión tiempo–espacio del discurso narrativo, tal como se describe en los
párrafos que siguen.
4. La modelización
Esta categoría alude, recogiendo
la misma propuesta de Gérard Genette (1989), al “modo o punto de vista y la
voz, esto es, quién ve y quién habla” (Alcalá, 1998: 50). Además, dicha
categoría se formaliza en un “yo” protagonista, en donde se fusionan
simultáneamente tres elementos: la visión, la voz y el personaje. A esta
tipificación compleja la denominó Gérard Genette, como “focalización o punto
óptimo del narrador” (Imbert, A., 2007, p. 244), propuestas que se adoptan en
el presente estudio. Siendo así, en la estructura narrativa de Mañana
volveré, se observa el manejo de una focalización múltiple, las mismas que
se explicitan a continuación.
4.1. El narrador heterodiegético
Llamado también como
el narrador de tercera persona, externa o extradiegético. Se trata de una voz
que se dirige a uno o a varios personajes de manera directa; y adopta las
siguientes focalizaciones:
*Relato de focalización
externa: se da
cuando la focalización se concentra en la narración de hechos u objetos
perceptibles, tangible e inconfundibles, en los que el narrador se ubica ajeno
a hechos narrados y aparentemente sin deseo de comunicar su punto de vista:
En las empresas le iban diciendo
que vacantes no había. En los ministerios igual. En el mejor de los casos: le
avisaremos, deje su dirección. La fiebre por el dictador. El general Odría. Su
fotografía colgaba por la cabeza de los funcionarios. Le recordaban la caballería
que atropellaba a los estudiantes (pp. 119-120).
*Relato no focalizado o
focalización cero: aquí el narrador conoce sentimientos más íntimos de los
personajes y acaso sabe más que todos ellos. Se
impone restricciones mínimas a sí mismo, pues entra y sale de la mente de sus
personajes. Por eso su movilidad y desplazamiento es total, es decir, discurre
por distintos lugares:
La muchacha con los brazos
remangados y mojados sigue en la habitación por unos segundos, después se va,
mientras ella lee: ‘Notificación por cobranza coactiva’. Se enturbia la mirada.
Se le revuelve la casa. Se le revuelve el estómago. Va a la cocina: ¿Te ha
dicho algo? Que tiene ocho días de plazo, señora, contesta la muchacha. Pela
las papas de frente al caño con un hilo de agua” (pp. 74-75).
*Relato de focalización
interna: es de
uso frecuente y, está centrado en algún personaje en particular. En algunos
casos es intenso, fijo, en donde el conocimiento del narrador es equivalente al
del personaje; y en otros, es variable, porque se da en número limitado de
casos. He aquí un caso de focalización interna variable:
Pero antes de su divorcio, y de
su venida a Lima, estuvo en Chile (…)
-¿Huir del recuerdo de Hans?
Gigi se sonrojó. Se sonrojó
cuando se dio cuenta que la carta no la firmaba Jorge Vidal. Pero antes de esa
carta, había una historia. En Chile se vinculó al MIR. Y en lugar de su
reencuentro, lo que halló fue el amor. Se le presentó en la persona de un
profesor universitario. En un apartamento de la Calle Maipú conoció a su esposa
y su hijita de cuatro años. Llegó a quererlo mucho (…) Y ahora en su recuerdo
la imagen de Allende, asesinado en la silla presidencial, cubierto con la
bandera chilena, y avenidas, calles y más calles colmadas de gente, de voces
que corean y vitorean a la revolución (pp. 197-198).
4.2. El narrador homodiegético y
auto diegético
En esta modalidad la
participación del narrador se da en condición de protagonista, por eso Imbert,
A. (2007), la denominó como narrador en primera persona; es decir, “quien
cuenta lo que siente, piensa, hace, observa o sus elucubraciones” (Genette, G.,
1989, p. 253). Sin embargo, no depende que sea él necesariamente homodiegético,
puesto que un narrador heterodiegético puede penetrar también en la conciencia
de sus personajes y narrar desde ese punto de vista.
Siendo así, en la estructura
narrativa de la novela Mañana volveré, se encuentran dos casos: el
primero, cuando el narrador heterodiegético cede la palabra a un narrador
homodiegético: Raúl; y segundo, cuando él “ve el mundo a través de los ojos de
su conciencia”, se convierte en narrador testigo; pero cuando “la información
es proporcionada por el yo-personaje o por el yo-narrador”, se convierte en
narrador-protagonista; haciendo que el conocimiento del narrador y del
personaje son pues equivalentes, tal como puede percibirse en los siguientes
casos:
*El narrador testigo:
es el que observa los hechos por medio de su conciencia, así como de manera
directa. El narrador es el que cuenta lo que ha ocurrido u ocurre en su
conciencia y en su entorno:
Tardé en encontrar los míos.
Luego del hospital, de campamento en campamento fui preguntando. Nadie me daba
noticias. Después de caminar y caminar, durante dos días, de
preguntar y preguntar, al fin di con ellos. Estaban en Mulinupampa, en una
ramada. Nos abrazamos y lloramos, mi padre no se cansaba de decirme, ¿cómo has
venido, hijito? (p.218).
*El narrador de focalización
fija: esta
focalización predomina en la estructura general de la narrativa, donde el
“narrador es efectivamente el protagonista de su relato” (Genette, G., 1989, p.
299). Caso patético es cuando el personaje Raúl, fruto de su propia percepción,
muestra un mundo real en términos siguientes:
Llegamos a Canchaque con la noche
encima. Sí, don Felipe tenía muchas amistades, muchos familiares. Dormimos
allí, y nos quedamos todo el día siguiente. El aire olía a azahar. Las calles
lucientes. Las casitas con terrazas. La placita al fondo. El paseo por la
campiña. Las naranjas colgaban al alcance de las manos. El trapiche. Las
colinas verdes, todas sembradas de naranjales y caña. En la tarde ya no pude
masticar, las encías me dolían por las tantas naranjas que me comí…” (sic), (p.
137).
*El narrador de focalización
interna variable: también tiene presencia extendida, y se observa cuando el narrador
asemeja su conocimiento al de un personaje, es decir, a su mundo interior. Y se
asocia después a hechos que corresponden a la segunda persona, en una especie
de trastrocamiento de segunda a monólogo interior:
Acabaste de saber su apellido,
Raúl. En esa hora, cuando el mundo se apagaba. Al regresar al hotelito con el
anciano, sabías que Inés se quedaba en la terraza, convertida en recuerdo.
Jamás supiste de ella. De tiempo en tiempo, su imagen se acrecía en tu memoria,
y el recuerdo lo mantenía allí, inmarchitable, asida al brazo de su novio,
mirando el pueblito. Y una vez, Raúl, en Lima conociste a una chica. Es ella
pensaste. El mismo rostro, los mismos ojos, la nariz respingada, y el mismo
acento en la voz. Cuando te dio su nombre no la creíste (p. 144).
A esta focalización de segunda
persona, se suma la del monólogo interior. Esta puede decirse que es
como una derivación del narrador heterodiegético:
“No. No puedes evitarlo. Déjala
hacer sus compras. Entre tanto, desde la esquina mira esa escena. Claro, la
conoces de memoria, pero otra cosa no puedes hacer. Te dijo que a las diez
estaría lista. Pero, ¿ves? ¡Recién acaba de pasar! No reniegues. No resolverás
nada. Mira el camión que entra levantando polvo. ¿Ah? ¿Sí? ¿Seria?, tiene que
ser así. ¿O acaso quieres que sus vecinos se den cuenta? Imagínate un poco. Es
posible que repita las mismas palabras, los mismos gestos. Y lentamente, sin
que exhales una sola queja, deja que el tiempo te succione. Un tiempo vacío
como el desierto (pp. 99-100).
5. La temporalización
En la narrativa el sentido de
tiempo asume variadas funciones, muy propias a la naturaleza particular de su
estructura. Para entenderlo es necesario diferenciar: el tiempo de la historia
y el tiempo del relato.
*El tiempo de la historia: está configurado en sentido
lineal, hecho que indica que los acontecimientos o los sucesos narrados tienen
un inicio y un final. Su cuantificación en números es imposible; sin embargo,
existen alusiones a ciertas referencias o marcas temporales, representado por
sucesos a los que se alude en la estructura narrativa, hechos que nos permite
fijar su tiempo de manera aproximada. En este sentido, el inicio del tiempo
está asociado a la niñez de Raúl, cuando recuerda “cogido de la mano de su
madre” (p. 9); luego hay referencias de sus estudios de primaria, secundaria y
universidad (que termina a los 23 años); y, finalmente, cuando ya está
trabajando en la ciudad de Lima en condición de profesional y doctor en
economía.
Entonces, si se tiene en cuenta
los años transcurridos en torno a referencias sobre Raúl, es decir, desde su
niñez hasta su actividad profesional en la ciudad de Lima, más sumados a cinco
años de reconstrucción de Huaraz (1975), aludida por el mismo personaje en su
último viaje a ella, el límite de la historia cubre aproximadamente un lapso de
setenta (70) años; fijándose así, el tiempo de extensión o duración de la
historia.
El tiempo del relato: el
tiempo, en cambio, está limitado a sucesos individuales y la situación
particular de cada personaje. Por eso, estos relatos se caracterizan por su
brevedad, es decir, por el tiempo corto que se consume. Además, dicho tiempo
del relato se manifiesta a través de múltiples alteraciones o distorsiones, las
mismas que se describen a continuación.
a. Distorsiones del orden
La distorsión del orden del
tiempo se manifiesta a través de las anacronías. Esto es, por la
evocación repetitiva que hace Raúl (personaje-protagonista) de su niñez,
creándose así la base o grado cero del suceso o acontecimientos. Dicha
temporalización anacrónica se expresa a través de dos niveles: la prolepsis y
la analepsis.
*La prolepsis: se expresan como adelanto o
anticipación de los hechos y, por lo tanto, aparecen añadidos al tiempo de la
narración base:
La pena me dominó como aquella
vez de Cuando el Destino nos Alcance (Que vi en Cine San Antonio). El
mundo en el año 2030. Contaminado y hambriento. Se alimenta de galletas de
carne humana. El viejito cuya vida enlaza el pasado con el presente.
Enloquecido va al Asilo a
buscar la paz. Se tienden en la larga meza, auxiliado por los médicos y una
linda enfermera que no hablan, solo sonríen. Con Vivaldi in crescendo ve
en el Ecran de la bóveda, lo que el mundo deslumbrado por el poder perdió para
siempre. (p. 104).
*La analepsis: en la narración se produce
como una especie de salto al pasado, y varía según su particular referencia a
los personajes. Pues se trata de un tipo de narración retrospectiva, las mismas
que en la novela son múltiples. El siguiente caso, aludido al personaje Sofía,
es harto ilustrativo:
Y Sofía imaginaba a su hermano
espiritual. Vivía en una bella ciudad. En una mansión. Se paseaba por avenidas
hermosas. Pero en el momento que le iba a alcanzar se le hacía humo entre la
elegante multitud. No creía que era guardia civil. Eso era despreciable para Marcelino.
Debe ser realmente rico, pensaba en casa; debe tener automóvil y un chalet,
decían en todo Huancabamba. Así es, coreaban sus amigos, porque en Lima sí que
se progresa (p. 90).
b. Distorsión de la velocidad
Corresponde a la distorsión o
alteración del tiempo de la historia o del relato; y se manifiestan a través de
los siguientes recursos: la elipsis, el resumen, la escena y la pausa
descriptiva.
*La elipsis: se refiere a tiempo del relato
que equivalen a cero; es decir, son tiempos no dichos explícitamente. Son, más
bien, tiempos que se deducen respecto de la vida de cada personaje. De ahí que
haya pues tiempo no dicho, por ejemplo, sobre las particularidades de la niñez
de Raúl, de sus estudios de primaria, secundaria y universidad. No se describe,
solo se menciona. Igual ocurre también con otros personajes. Son como para ser
completados por el lector.
*El resumen: acelera el ritmo de la narración
a través de una economía descriptiva, hecho que implica la construcción lexical
breve, corta, de frases a veces de una sola palabra:
Se sacian de esa magia y desandan
lo andado. No entran en ‘Trixy’, ni en ‘Elégance Boutique’. Farolas. Vitrinas.
Esa mescolanza de europeo e indio en las fachadas. Entran en ‘El Arbolito’. Sus
ojos se acostumbran a la media luz. Se sientan a una mesa de pino. Ordenan un
pastel de chocolate. El tronco de la enredadera en el centro. Las cabezas de
las parejas que se besan. El menaje que imita al de un mesón de Los tres
mosqueteros (p. 178).
*La escena: corresponde al uso del diálogo;
y, en la novela, su uso es escaso. Con este recurso el nivel temporal de la
historia y el relato se equilibran. Sin embargo, se observa que el lenguaje u
organización sintáctica del diálogo no es con el fin de resaltar dicho recurso
sino, más bien, para ponderar el predomino de su carácter narrativo, razón por
la que termina siendo retórico, descriptivo:
-¿Te acuerdas de la esquina de la
calle del capulí?
-¡Cómo no! La esquina donde
vivías. La lluvia que te despertaba. Los tangos…
-Todo eso, Madeleine. Allí
terminaba la ciudad. Al otro lado estaban los campos. Florecían los capulíes,
en las huertas de verduras y fresas.
Madeleine Phillips calla. Piensa:
¿Qué me pasa? ¿Por qué este aleteo en mi pecho? ¿Por qué me sube esa cosa que
no puedo sufrir?
-He
estado en Huarás, Madeleine.
-Algún
día tengo que conocerla. (p. 255).
*La pausa descriptiva: es predominante y su propósito se
resume en la necesidad de “consumir texto, pero no el tiempo” (Alcalá, 1998,
p.355). En efecto, la narración se concentra en la descripción detallada del
espacio y, por lo tanto, el consumo del tiempo es casi cero. Hay pues ahorro de
tiempo de modo inconfundible:
Ella está con un pantalón azul de
lana y tricota roja. Se agacha y sus caderas se la dibujan. Agarra una papa, y
se yergue preguntando el precio. Ahí se cierra esa rendija, y vuelve a verla,
como a una burguesita caprichosa que va de compras por gusto. Ocho soles,
mamita, dice la mujerona, y Sofía sin hablar nada sigue contoneándose por entre
sacos y amas de casa gordas y acholadas, y chiquillos haraposos y una que otra
ama presentable. A dos metros, escoge cebollas, las pone en el plato de la
balanza. El muchacho se las pesa. Es buena señora, es fresca, recién ha llegado
de la Sierra (…) Pisan cáscaras, huesos, corazones de palta. Se tropiezan con
los cargadores y las cestas de las compradoras. Ese olor de barros y orines. De
frutas y hierbas que se maceran. Pero él, aspira el aroma de cedros y cipreses,
y se hace la idea de estar en un mercado Persa (pp.70-71).
c.
Distorsión
de frecuencia
Esta categoría se refiere a la
repetición consecutiva de los hechos narrados, generando así en el relato tres
niveles de distorsión de frecuencia: singulativo, singulativo anafórico y
repetitivo o iterativo.
*Relato singulativo: es cuando el relato se repite una
sola vez dentro de la composición de la historia, como el caso de los efectos
de la peste de la gripe:
Amaneció temblando. En la escuela
no pudo leer, ni escribir, ni cantar, y tampoco respondió bien a las preguntas
de Historia Peruana. A su tristeza se sumaba la vergüenza que sintió, cuando su
maestra le dio un manotón, el día anterior, en el recreo. Pero escondía su
angustia. Cuando sus compañeros le hablaban, demostraba estar bien, aunque eso
le costaba mucho trabajo (p. 18).
*Relato singulativo anafórico:
se da
cuando hay reiteración de los sucesos ocurridos, particularmente en torno a
hechos relacionados con personajes más visibles de la narrativa, como Jenny,
Sofía, Madeleine Phillips y Madeleine Osorio, sumados al de Bayona Osorio. El
relato sobre ellos es reiterativo, se suceden uno tras otro, según cómo están
predispuestos en la secuencia narrativa.
*Relato iterativo: se refiere a la repetición del
relato. Caso emblemático es la reiteración del relato en torno al
acontecimiento telúrico de Huaraz en 1970. Los resultados nefastos viven y son
permanentes en la memoria de Raúl. Uno de ellos es cuando se describe la
caminata que hizo por dos días consecutivos de Casma a Huaraz:
Fue muy duro caminar bajo ese sol
de junio. De la carretera apenas existían trechos… ¡Trepar por entre pedrones,
cactus y tierra blanda que nos hacía caer! Al atardecer apenas habíamos
comenzado a ascender la montaña. Busquemos un sitio para pernoctar, sugerí.
Nadie estaba sereno. En cualquier rato había un temblor y nos sepultaba un
derrumbe (…) Tendido en el suelo miraba el cielo. Recordaba. (pp. 215-216).
6. La espacialización
El espacio de la narrativa se
configura en connivencia a la amplitud social y cultural que se pretende
describir debido acaso a la necesidad de representar un universo amplio y a la
vez disímil, como es el caso del país, visto como una realidad heterogénea,
contradictoria que se configura en el contexto global del corpus
narrativo. Dicho, en otros términos, se trata de un espacio verbal configurado
en tanto resultado de las “relaciones privilegiadas con la acción y el
personaje” (Garrido, 1996, p. 211). Lo que significa que el espacio es donde
sucede la acción; y el personaje, es quien complementa con su actuación dicho
espacio. Siendo así, en la trama de la narrativa existen múltiples espacios,
tanto físicos y psíquicos que funcionan como una especie de soporte de la
acción; los personajes, igualmente, ejercen influencia determinante sobre la
trama, a efecto de constituir finalmente la estructura global de la narrativa.
En suma, la configuración del
espacio tiene carácter extensivo, en tanto que se sujeta a la necesidad de
extender la configuración de un contexto sociocultural cada vez más amplio,
acaso tratando de representar metafóricamente la realidad del país en su
totalidad. Siendo así, existen dos clases de espacio claramente diferenciados:
el abierto y el interno.
a. Espacio abierto o extensivo
El espacio abierto o extensivo
empieza a configurarse desde la ciudad de Huaraz, en donde esta concentra la
historia de la niñez y juventud de Raúl; luego, se abre a Lima, pero aludiendo
rápidamente a Trujillo, en donde estudió su universidad, pero sin dejar de
aludir a otras ciudades conexas según referencia a otros personajes que
interactúan dentro de la historia. Se concentra finalmente en la ciudad de
Lima. De ahí su descripción primordial a ella y luego a la ciudad de Huaraz.
Sobre esta dice:
Huarás era una ciudad que no
podía precisar, pero le hacía soñar: en sus columnas y patios encontraba algo
de las ciudades que anhelaba conocer, Manolo decía que en una casona que
sospechaba cual era, se hospedó Bolívar y allí bailó con una linda huarasina,
¡mi bisabuela!, y que también fue la cuna de Toribio de Luzuriaga y Mejía, el
primer Mariscal del Perú, su efigie estaba en la Sala de Sesiones del Concejo.
(p. 66).
Pero estas descripciones y acaso
más detallistas son las que corresponden a la ciudad de Lima. Se concentra de
manera especial en los distritos de Miraflores, la Victoria (La Parada), San
Martín de Porres (en donde vive Sofía). Su propósito podría deberse a la
necesidad de mostrar una realidad contradictoria, social y económicamente,
justamente en la capital del país. Respecto a Miraflores, por ejemplo, dice:
Ese salón Casiopea-Tea-Room,
frente al Parque Diagonal de Miraflores. Por sus ventanas la niebla. El smog
sobre el Cine Pacífico. Los coches lujosos. Las muchachas rubias de párpados
verdes, con sombreros floppy, en blue jeans o botas. Muchachas Jimmy
Hendrix o Jesucristo Super Star. Exposiciones de cuadros sobre el pasto húmedo.
Los barbudos pintores que tiritan y fuman puchos. (p. 32).
Por otro lado, existe también
alusión y descripción menos detallista del espacio en el interior del país,
como el caso de la ciudad de Huancabamba, en Piura o el de Trujillo, en cuya
universidad estudió Raúl, de San Ramón en el Centro del país; así como del
extranjero, California, en donde vive Gigi, es originaria de Mendoza, Argentina
o de Chile de Salvador Allende, cuyos contextos espaciales no son desarrollados
con in extenso.
b. Espacio interno o subjetivo
Son espacios que no son visibles
desde el punto de vista de observación directa. Se capta y se interioriza por
intuición o deducción de lógica simple. El caso de la descripción de los
espacios del hotel donde Raúl experimenta encuentros de pareja con Sofía, es
harto ilustrativo:
En la habitación del hotel,
mientras Sofía coloca su bolsa en la mesa, Raúl oye o le parece oír el trino de
un pájaro. Parado en medio, lucha por conservarlo. Se pregunta, si será un
pájaro de hierro; y por la ventana abierta, hace resbalar su mirada por las
paredes amarillas de un edificio, y no descubre nada más que hollín y
telarañas. La dulzura de ese trino, le hace soñar con un pájaro oculto en un
follaje que sonríe más allá del cielo oscuro que cuelga como un globo sobre los
edificios. Se dice: no es un pájaro de hierro, si he pensado así, es porque es
increíble que aún puedan vivir gorriones, sobre todo gorriones que salen a
cantar… (p. 46-47).
Son pues descripciones asociadas
a un estado de ánimo que resalta la precariedad y fugacidad del tiempo, el
mismo que genera sentimientos de tristeza o nostalgia. Descripciones como
aquellas son repetitivas, manifestadas en circunstancias diversas y asociadas
siempre a la situación de algún personaje en particular.
Conclusión
* La aplicación sistemática del método
triádico de Gérard Genette en el estudio de la novela Mañana volveré, de
Marcos Yauri Montero, ha sido acertada en tanto que ha permitido desentrañar la
compleja y aparente organización enrevesada de las categorías y elementos
formales que constituyen su estructura narrativa.
* El haber asumido como soporte
del estudio la interrelación de las tres categorías (la modalización, la
temporalización y la espacialización), ha resultado no solo una buena propuesta
metodológica, sino también una guía didáctica para analizar y describir con
rigurosidad sistemática necesaria, el plano del significante de la estructura
narrativa.
* Consecuentemente, a partir del
plano del significado, ha sido posible deducir que el propósito liminar del
narrador, ha sido representar metafóricamente, la compleja y contradictoria
realidad social, económica y cultural que define al país; contexto en el que
los migrantes, representado simbólicamente por el personaje principal y
protagonista de la historia, Raúl, interactúan en condición de marginado
y peor aún desarraigado como una especie de “extranjero” en su propio país.
* Y teniendo en cuenta el mensaje
que se configura por deducción de la categoría de especialización, se entiende
que el narrador Marcos Yauri Montero, ha apostado por la construcción de una
novela total, en tanto que se refleje en ella, metafóricamente, la compleja y
contradictoria realidad social, cultural y económica del país; concordando
acaso, en este sentido, con la propuesta del narrador José María Arguedas
(1911-1969), quien también propusiera representar metafóricamente a “Todas las
sangres” del país; y, además, con inocultable propósito de enrostrarlo con una
actitud contestataria y denuncia respectiva.
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