La redacción académica desde el
enfoque por competencias en la enseñanza del nivel superior
Academic writing from the competency-based
approach in higher education
Betty Rodríguez
Tuesta
Autor
corresponsal: bettyrodriguez3@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-3782-4647
Universidad Ricardo Palma, Perú.
Doi: https://doi.org/10.35756/educaumch.202321.239
Recibido: 30 de noviembre
2022
Evaluado: 16 de enero
2023
Aceptado: 3 de abril 2023
Como
citar
Rodríguez, B. (2023). La redacción académica desde el enfoque
por competencias en la enseñanza del nivel superior. Revista EDUCA UMCH,
(21), 101 - 114. https://doi.org/10.35756/educaumch.202321.239
El
objetivo de este artículo es analizar los conceptos de redacción académica,
enfoque por competencias, enseñanza superior; pensamiento complejo desde la
visión universitaria, con la finalidad de comprender cuales son las
implicancias de la redacción académica en el nivel superior, en qué consiste la
alfabetización académica y cuáles son los retos y desafíos de la redacción
académica superior a partir del enfoque por competencias. La metodología
utilizada consistió en la revisión narrativa con una estrategia de búsqueda
según el tema, autores, a partir de la revisión minuciosa de 40 artículos
académicos en idioma inglés con bibliografía actualizada disponible en revistas
indexadas. El análisis realizado permite concluir que la redacción académica
desde el enfoque por competencias es fundamental para el desempeño académico y
profesional dentro y fuera de la universidad. Para lograr dichos procesos de
escritura académica es necesario que la escritura en la universidad sea una
prioridad en todas las áreas del conocimiento durante todo el proceso formativo
del estudiante. Por tanto, urge avanzar en una visión más interdisciplinar e
integral de la lectura y la escritura respetando los procesos para lograr
resultados eficaces.
Palabras clave: redacción académica; enfoque; competencias;
enseñanza superior; pensamiento complejo.
The objective of
this article is to analyze the concepts of academic writing, competency-based
approach, higher education; complex thought from the university vision, in
order to understand what are the implications of academic writing at the higher
level, what academic literacy consists of and what are the challenges of higher
academic writing from the competency-based approach. The methodology used
consisted of a narrative review with a search strategy according to the
subject, authors, based on the meticulous review of 40 academic articles in
English with updated bibliography available in indexed journals. The analysis
carried out allows us to conclude that academic writing from the
competency-based approach is essential for academic and professional performance
inside and outside the university. To achieve these academic writing processes,
it is necessary that writing at the university be a priority in all areas of
knowledge throughout the student's training process. Therefore, it is urgent to
advance in a more interdisciplinary and comprehensive vision of reading and
writing, respecting the processes to achieve effective results.
Keywords: academic
writing; approach; skills; higher education; complex thinking.
Comprender
las prácticas de lectura y escritura en la enseñanza superior favorecen u
obstaculizan que leer y escribir sean herramientas de participación y
apropiación del conocimiento (Rosli & Carlino, 2017), por ende, los modos
de lectura y escritura no son iguales en todos los ámbitos. Entre el nivel
medio y la universidad hay culturas particulares y que tienen que ver con
métodos y prototipos particulares de pensar y escribir (Jáimez, 2011). Por tanto, la lectura y escritura
fundamentalmente, deben contribuir para que podamos pensar como miembros de una
comunidad disciplinar (Cardinale, 2007). Es importante que la lectura y
escritura en la universidad debe ser prioridad en todas las áreas académicas.
Porque el dominio de la lengua es el vehículo del conocimiento para desarrollar
las competencias de manera interdisciplinaria y que todo estudiante debe
dominar según las exigencias académicas dentro de los contenidos de cada
disciplina (Macêdo et al., 2019). El propósito de este artículo es instituir
situaciones de acompañamiento y orientación a los estudiantes cuando se
enfrentan con la lectura y escritura en una materia que todavía no
dominan.
En este contexto, la poca adecuación del
tema, no sólo al propósito de su escrito, sino también a su potencial lector
(Ramírez-Díaz, 2020). influye muchas veces a la escasa profundidad en la
revisión de sus propios escritos y centrada en aspectos de forma (Sánchez,
2019).
Producir textos académicos en el contexto de
la educación superior, articulando los saberes de su disciplina con la
competencia comunicativa escrita. Permite, no solo el buen desempeño textual,
sino la posibilidad de pertenecer a una comunidad académica y profesional (Rey-Castillo,
2021).
Esto conduce a desarrollar la competencia
comunicativa escrita hace parte del grupo de competencias transversales que
deben desarrollar y poner en práctica profesionales integrales (Rosli &
Carlino, 2017). Por ende, las competencias deben armonizarse con los demás
procesos de formación de los estudiantes en la aplicación y utilización del
conocimiento, para la construcción de una democracia auténtica, con maestros y
estudiantes capacitados, un sistema educativo con una formación basada en
competencias que expresen saberes, valores y capacidades para la acción en el
proceso educativo; siendo necesario conceptualizar e interpretar
científicamente la función y el desempeño de las competencias para un
desarrollo personal y profesional en múltiples contextos de interacción(Chávez,
2017).
La
redacción académica desde el enfoque por competencias en educación superior
fundamentada en el currículo enfatiza la formación integral, es decir, de los
desempeños esperados de una persona en un área ocupacional, para resolver los
problemas propios del ejercicio de su rol profesional; procura asegurar la
pertinencia, en términos de empleo y de empleabilidad, de la oferta formativa
diseñada. (Abanto-Atauje, 2019). Dicho de otro modo, la construcción de
competencias no puede realizarse de manera aislada, sino que tiene que hacerse
a partir de una educación flexible y permanente, desde una teoría explícita de
la cognición, dentro de un marco conceptual, en un contexto cultural, social,
político y económico (Jáimez, 2011). Es necesario enfatizar que la mera tarea
de enseñar a leer y a escribir como se ha hecho tradicionalmente, es decir,
dejando a los profesores de lenguaje toda la responsabilidad de estas
competencias lecto escriturales, para plantear la propuesta de involucrar a los
profesores de todas las áreas del saber (Ernesto & Amaya, 2012). La
realidad socio/profesional y la educación superior, mediante un currículum por
competencias, que promueva una formación integral (Rosa et al., 2015).
Por tanto, desarrollar competencias para
manifestar su pensamiento y su conocimiento a través de la escritura”, y que,
además “no son capaces de aprender a partir del texto escrito y ello está
incidiendo no solamente en el bajo rendimiento académico de los estudiantes
sino en las imposibilidades de simbolización del discurso argumentado (Ernesto
& Amaya, 2012).
Cuando un artesano trabaja con el martillo,
dice Heidegger, no se detiene a mirar este instrumento, centra su atención en
aquello a lo que le pega; pero el día en que se le parte el martillo, el
artesano lo descubre‟ y lo convierte en objeto de atención temática (Rey-Castillo,
2021).
Toda
comunicación está guiada por una intención, que se puede definir como “el
propósito, la meta o finalidad que quiere conseguir, por medio de su discurso,
el participante de un acto comunicativo” (Asensio, 2019). Por tanto, la
competencia comunicativa escrita hace parte del grupo de competencias
transversales que deben desarrollar y poner en práctica profesionales
integrales (Rosli & Carlino, 2017). En tal sentido, la escritura puede ser
comunicativa, creativa, pedagógica o terapéutica (Cassany & Mexicano, 2002).
Si conseguimos cambiar esta percepción pobre y limitada de la escritura,
podremos motivar a los alumnos. Sólo si éstos experimentan por si mismos el
provecho, las funciones y el placer derivados de la letra, estarán realmente
interesados en escribir y en desarrollar los procesos necesarios para hacerlo
(Cassany & Mexicano, 2002). La vinculación entre lectura, escritura y
pensamiento es, sin duda, objeto de estudio y de reflexión entre muchos
estudiosos. Ocuparse de su indagación es un tema que resulta sensible hoy, en
estos tiempos en que la educación está ofreciendo escasas experiencias para
favorecer el desarrollo del pensamiento crítico y potenciar así en el individuo
la formación de su talento (Salazar-Sierra et al., 2015).
La
escritura del estudiantado, a partir de la concepción de docentes y las
muestras de escritura analizadas, se permitieron determinar tanto fortalezas
como áreas de oportunidad (Rey-Castillo, 2021). En consecuencia, formar por
competencias supone asumir una intención educativa dirigida a generar las
condiciones necesarias para todos los estudiantes (Benavides & Aguirre,
2015). Donde la reescritura lo devuelve a su texto con otra actitud, con otra
mirada sobre lo que conoce y cómo lo está presentando (Rosli & Carlino,
2017). Además, es necesario precisar que la vía para desarrollar las
competencias en redacción académica consiste en el ejercicio constante de
escribir investigando adoptando posturas como aporte al dominio del conocimiento a partir de la lectura y la escritura, de modo que
estas actividades se constituyan en verdaderos instrumentos de estructuración
del pensamiento (Salazar-Sierra et al., 2015). Dicha práctica conduce a que la
escritura de textos propios de este nivel como las tesis, las monografías, las
ponencias y los artículos de investigación, entre otros (Kandeel, 2013). Se
convierta en una tarea constante y continua de todo estudiante
universitario.
Un postulado dominante hoy en día dentro de
los estudios acerca de lectura y escritura en la educación superior. Desde
enfoques provenientes de la sociolingüística (Ottin, 2018).Consiste en el
desarrollo de una competencia escrita adecuada en el perfil lingüístico (LE/L2)
de estudiantes universitarios de movilidad ya que en precedentes estudios
(Benavides & Aguirre, 2015).Sin embargo, cabe precisar que la
heterogeneidad de la población en cuanto a su formación previa, motivaciones,
procedencias y niveles de dominio de la escritura son aspectos que no solamente
se observan en este estudio (Aguilar, 2021) Sino además, la lectura de
elementos ideológicos implícitos es decir ,factores culturales que influyen
para la escritura. Por tanto, escribir es ejercer la habilidad argumentativa
del pensamiento complejo.
La
habilidad argumentativa fue entendida como un proceso en el cual los
estudiantes logran estructurar razones para convencer a sus lectores o
auditores de un punto de vista razonable ante un disenso determinado (Leal,
2020). La tarea de enseñar a leer y a escribir en la universidad debe pensarse
entonces conjuntamente entre las distintas áreas y aquellas tradicionalmente
asociadas a la lengua (Rosli & Carlino, 2017).
Las
dificultades de los estudiantes para acceder a los textos académicos y a las
tareas de redacción suelen atribuirse a las falencias de la educación básica y
secundaria y a la subsecuente carencia de conocimientos básicos para enfrentar
las nuevas tareas, propia del estudiante (Arnoux & González, 2012).En aras del contexto, hay que decir que el hecho de que en las
universidades se reflexione sobre la alfabetización y se incluyan en los
currículos materias cuyo objetivo principal sea la comprensión y producción de
textos desde una perspectiva no instrumental, no cuenta aquí con más de una
década de historia (Aponte, 2015).La acción de leer y escribir ocurre siempre
en un contexto cultural o disciplinar determinado y el hecho mismo de que los
conocimientos y experiencias de alfabetización sean incondicionalmente
transferibles es motivo de indagación (Azurín, 2018).
El hecho de que el ámbito universitario exija
el dominio de nuevas siluetas textuales y se relaciona con aspectos tan
sensibles para la vida universitaria como el fortalecimiento de la
investigación, la producción de conocimiento y con un problema mucho más
sofisticado y fundamental: la exclusión (Rey-Castillo, 2021).
Para lograr procesos de lectura y escritura
eficaces que consoliden una cultura académica en el país y el aserto de que las
disciplinas que se estudian en la educación superior son espacios discursivos
con prácticas de lectura y escritura propias, no equiparables a las prácticas
llevadas a cabo en otros niveles de educación (Aguilar, 2021). La lectura y
escritura en la universidad es bastante incipiente. La presencia o ausencia de
estos procesos en la enseñanza de las disciplinas, la calidad de las prácticas
de enseñanza relacionadas con ellos, lo que promueven en su disimilitud y el
tipo de lector que generan, son temas con poca resonancia en los trabajos
nacionales (Molina-Soria et al., 2020). Por lo tanto, la alfabetización
académica para ser superada, debate en el que las dudas y la indagación ofrecen
la base más firme. Las concepciones y referentes que apuntalan este campo de
estudio continúan y deben continuar desestabilizándose (Arnoux & González,
2012).
Surge la interrogante ¿cuál es el rol de los
procesos de lectura y escritura en el decurso de algunas asignaturas de la
Universidad?, ¿de qué forma se asigna, dirige y acompaña la tarea de leer y
escribir en dichas asignaturas? y ¿cómo se evalúan los avances y resultados en
los procesos de lectura y escritura en dichas asignaturas? (Arnoux &
González, 2012).
Esto exige que la alfabetización sea superada
en el estudiante y que los programas que limitan la formación en lectura y
escritura al dominio de una serie de esquemas o técnicas, sea superados. Por
tanto, es necesario continuar con este camino de indagación y de acción, pero
fundamentándose en el reconocimiento efectivo de lo que sucede en las aulas
(Arnoux & González, 2012). Entonces es necesario educar con estructura
conceptual, desde un inicio para superar las dificultades de lectura y
escritura para que el estudiante universitario pueda expresar con claridad,
coherencia y conocimiento los temas objeto de su investigación en un lenguaje
propio (Aponte, 2015).
El contexto universitario vinculada con la
enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura, que hubiese demostrado
una aproximación destacada y sistemática a la problemática, que se tradujese en
la intención de cualificación de los procesos de comprensión y producción
textual propios de la cultura universitaria. (Salazar-Sierra et al., 2015) Por
tanto, las experiencias realizaban concursos de lectura y escritura para grupos
o institucionales, lo que significaba la posibilidad de hacer públicas las competencias
relacionadas con las prácticas de lectura y escritura y la necesidad de
mostrarlas como importantes.(Salazar-Sierra et al., 2015) Las dificultades de
los estudiantes para acceder a los textos académicos y a las tareas de
redacción suelen atribuirse a las falencias de la educación básica y secundaria
y a la subsecuente carencia de conocimientos básicos para enfrentar las nuevas
tareas, propia del estudiante (Arnoux.&
González, 2012).
En aras del contexto, hay que decir que el
hecho de que en las universidades se reflexione sobre la alfabetización y se
incluyan en los currículos materias cuyo objetivo principal sea la comprensión
y producción de textos desde una perspectiva no instrumental, no
cuenta aquí con más de una década de historia (Aponte, 2015) Por tanto, la
acción de leer y escribir ocurre siempre en un contexto cultural o disciplinar
determinado y el hecho mismo de que los conocimientos y experiencias de
alfabetización sean incondicionalmente transferibles es motivo de indagación
(Azurín, 2018).
El hecho de que el ámbito universitario exija
el dominio de nuevas siluetas textuales y se relaciona con aspectos tan
sensibles para la vida universitaria como el fortalecimiento de la
investigación, la producción de conocimiento y con un problema mucho más
sofisticado y fundamental: la exclusión (Aguilar, 2021).
Por tanto, para lograr procesos de lectura y
escritura eficaces que consoliden una cultura académica en el país y el aserto
de que las disciplinas que se estudian en la educación superior a partir de
espacios discursivos con prácticas de lectura y escritura propias, no
equiparables a las prácticas llevadas a cabo en otros niveles de educación no
han sido superadas (Aguilar, 2021). Cabe resaltar, que la lectura y escritura
en la universidad es bastante incipiente. La presencia o ausencia de estos
procesos en la enseñanza de las disciplinas, la calidad de las prácticas de
enseñanza relacionadas con ellos, lo que promueven en su disimilitud y el tipo
de lector que generan, son temas con poca resonancia en los trabajos nacionales
(Molina-Soria et al., 2020). Urge avanzar en una visión más interdisciplinar e
integral de la lectura y la escritura respetando los procesos para lograr
resultados eficaces.
La alfabetización académica en el contexto
universitario vinculada con la enseñanza y el aprendizaje implica que la
lectura y la escritura, supere de manera sistemática a la problemática, que se
tradujese en la intención de cualificación de los procesos de comprensión y
producción textual propios de la cultura universitaria (Serrano, 2014).Con la
finalidad, de desarrollar las competencias lo que significa la posibilidad de hacer públicas las
competencias relacionadas con las prácticas de lectura y escritura y la
necesidad de mostrarlas como importantes a lo largo de toda la vida
(Salazar-Sierra et al., 2015).
Uno
de los grandes desafíos del sistema educativo con una formación basada en
competencias que expresen saberes, valores y capacidades para la acción en el
proceso educativo; necesita comprender y conceptualizar e interpretar
científicamente la función y el desempeño de las competencias para un
desarrollo personal y profesional en múltiples contextos de interacción
(Chávez, 2017).
Esto significa comprender que las
competencias como constructo permiten poder sistematizar a nivel conceptual sus
aportes. De esta manera, se articulará la reflexión teórica con las
derivaciones prácticas o ejemplos reales y así se podrá generar un proceso de
reflexión dinámico y enriquecedor (Aguilar, 2021).
Esto conlleva que la escritura académica
significa comprender la función orientadora del docente y la responsabilidad
compartida que tiene la institución universitaria con la formación integral del
estudiante, quien no solo deberá prepararse para un campo laboral específico,
sino que también requerirá conocer las convenciones que establece cada
comunidad académica para saber moverse en ella y triunfar (Oliveros, 2020).
Por tanto, la documentación como base de la
escritura: si bien es cierto que el estudiantado se documenta en distintos
tipos de fuentes, se identifica una dificultad para seleccionar la información
relevante y distinguirla de la que no lo es (Venegas Jiménez, 2011).Por un lado
se evidencia, en la ortografía, gramática y léxico: aunque existe un manejo
adecuado de la ortografía acentual y literal, y del uso de vocabulario
académico, existen dificultades en el uso de signos de puntuación, uso de
deícticos catafóricos y anafóricos, uso de conectores y marcadores textuales
(Venegas, 2011). Y, por otro lado, la oración y párrafo: a pesar de que existe
un adecuado manejo de la coherencia textual, se hallan dificultades en el uso
de conexión entre párrafos, así como en la estructura de estos a lo largo del
texto (Aguilar, 2021).
Además de la voz propia, citación y
referenciación: se encuentran dificultades en la articulación entre su propia
voz con respecto a las fuentes documentales, además de un uso excesivo de citas
sin conexión (Kandeel, 2019). El gran desafío ante esta problemática es
impulsar el enfoque interactivo que entiende que leer es un proceso
interpretativo que requiere poner en relación la información del texto con los
conocimientos del lector (Rosli & Carlino, 2017)
Consideramos que si se fomentara que los
estudiantes expresasen sus interpretaciones sobre lo leído y se debatiera al
respecto, se podría sacar provecho de la potencialidad epistémica de leer,
escribir y dialogar (Azurín, 2018). Urge que la expresión escrita, y la
universidad está llamada a llevar a cabo este tipo de tareas formativas, ya que
tiene una responsabilidad con sus estudiantes en el desarrollo de habilidades
cognitivas que involucran la expresión de las ideas por medio del lenguaje oral
o el lenguaje escrito (Oliveros, 2020)
Además de la información contextual, que es
importante para la comprensión semántica y pragmática de los textos (Azurín,
2018). Es importante el desarrollo de investigaciones sobre las concepciones
que presentan los profesores y estudiantes universitarios acerca de la
escritura académica, así como determinar cuáles son las prácticas que se llevan
a cabo en las áreas disciplinarias para mejorar la expresión escrita y la
coherencia final de los textos que se producen en las aulas de clase (Oliveros,
2020).Por tanto, en cuanto a la lectura, la escritura y la relación con los
proyectos de investigación (no en curso, sino como preceptiva para orientarlos
como formación (Bisquerra, 2006).A partir de actos reflexivos ¿la lectura y
escritura en la universidad constituye un tema o un problema? ¿Es tema de la
didáctica, tema de la Pedagogía o problema de la psicopedagogía? ¿Qué aporte
puede realizar la Pedagogía para la comprensión de este tópico de la enseñanza?
(Aponte, 2015).
Para ilustrar mejor el gran desafío de los
estudiantes, respecto a la redacción académica, en el siguiente mapa mental, se
puede visualizar el modelo bidimensional de la competencia textual según los
indicadores.
Modelo bidimensional de la competencia
textual
El gran desafío radica, que los estudiantes
ante las dificultades para acceder a los textos académicos y a las tareas de
redacción suelen atribuirse a las falencias de la educación básica y secundaria
y a la subsecuente carencia de conocimientos básicos para enfrentar las nuevas
tareas, propia del estudiante (Arnoux. & González, 2012) accedan a
cualquier tipo de texto para ser analizado, interpretado y reconstruido desde
su propio aporte. Esto exige un análisis profundo que no sólo es
responsabilidad del estudiante ante la carencia en la formación sino del
sistema educativo en todos los niveles formativos.
La
redacción académica desde el enfoque por competencias se materializa en una
experiencia práctica y a un comportamiento que necesariamente se enlaza a los
conocimientos, es decir, producir textos académicos en el contexto de la
educación superior, articulando los saberes de su disciplina con la competencia
comunicativa escrita. Permite, no solo el buen desempeño textual, sino la
posibilidad de pertenecer a una comunidad académica y profesional.
De igual manera se han discutido las diversas
perspectivas teórico-metodológicas en la redacción académica bajo las cuales se
plantea lograr no sólo una vinculación exitosa entre la teoría y la práctica,
sino también entre la formación de los profesionales y las demandas de los
contextos ocupacionales deben armonizarse con los demás procesos de formación
de los estudiantes en la aplicación y utilización , con maestros y estudiantes
capacitados, un sistema educativo con una formación basada en competencias que
expresen saberes, valores y capacidades para la acción en el proceso educativo;
siendo necesario conceptualizar e interpretar científicamente la función y el
desempeño de las competencias para un desarrollo personal y profesional en
múltiples contextos de interacción.
Finalmente,
para lograr procesos de lectura y escritura eficaces que consoliden una cultura
académica en el país y el aserto de que las disciplinas que se estudian en la
educación superior a partir de espacios discursivos con prácticas de lectura y
escritura propias, no equiparables a las prácticas llevadas a cabo en otros
niveles de educación no han sido superadas, por tanto, es importante que la
lectura y escritura en la universidad debe ser prioridad en todas las áreas
académicas. Porque el dominio de la lengua es el vehículo del conocimiento para
desarrollar las competencias de manera interdisciplinaria y que todo estudiante
debe dominar según las exigencias académicas dentro de los contenidos de cada
disciplina para convertirse en una tarea constante y continua de todo
estudiante universitario, para desarrollar su pensamiento complejo.
Contribución de autoría
La autora realizó de manera independiente
toda la investigación.
Conflicto
de Intereses
La autora declara que no existe conflicto de
intereses en la elaboración de la presente investigación.
Responsabilidad
ética y legal
La autora sostiene
que, para la recopilación de la información, se realizó una revisión
sistemática, ordenada y rigurosa recopila y brinda una valiosa información
sobre el tema tratado y no fue necesario el estudio con seres humanos para la
investigación.
Declaración
sobre el uso de LLM (Large Language Model)
Este
artículo no ha utilizado para su redacción textos provenientes de LLM (ChatGPT
u otros).
Financiamiento
Esta investigación no ha recibido
financiación externa.
Correspondencia: bettyrodriguez3@unmsm.edu.pe
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Betty
Rodríguez Tuesta
Licenciada
en Educación por la Universidad Marcelino Champagnat, trabajó como coordinadora
del Área de Letras en el Colegio Mayor de la Región Amazonas y actualmente
ejerce la docencia en la UNMSM.
© El autor. Este artículo es publicado por la Revista EDUCA UMCH de la
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