Ensayo
académico ejemplos: fundamentación metodológica para la orientación del estudiante
universitario
Academic essay examples: methodological foundation for
the orientation of the university student
Dr. Luis Gerardo
Doubront
Autor corresponsal: dr.doubront@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-4174-2169
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, (Venezuela)
Dr. Marcel Alejandro Doubront
https://orcid.org/0000-0002-6764-2708
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, (Venezuela)
https://orcid.org/0000-0003-0518-0437
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, (Venezuela)
Doi: https://doi.org/10.35756/educaumch.202322.269
Recibido: 22 de junio
2023
Evaluado: 26 de agosto 2023
Aceptado: 11 de noviembre 2023
Cómo citar
Doubront, L.G., Doubront, M. A. y Ortuñez, E. (2023). Ensayo académico ejemplos: fundamentación metodológica para la orientación del estudiante
universitario. Revista Educa UMCH,
(22), 121-140. https://doi.org/10.35756/educaumch.202322.269
La presente investigación tiene el propósito de proponer una fundamentación metodológica del ensayo académico para la orientación del estudiante universitario. De esta manera, el estudio se circunscribe en un encuentro dialógico desde la perspectiva de la hermenéutica filosófica donde confluyen la búsqueda del sentido, significado y verdad en los textos sobre las características de un ensayo académico en su tipología (argumentativo, expositivo o analítico), contextualizando su estructura metodológica y su forma de comunicar la escritura académica con posturas fundamentadas para diferenciar la doxa de la episteme. Metodológicamente se expresa un enfoque cualitativo tomando en cuenta el círculo hermenéutico como método de investigación circunscrito en el paradigma interpretativo. Se concluye que la estructura de un ensayo académico tiene un carácter formal donde los autores deben fundamentar el propósito de los postulados que aceptan y comparten dentro de las abstracciones y retórica de sus enunciados.
Palabras clave: Ensayo académico,
ensayo argumentativo, ensayo expositivo, ensayo
analítico.
The research to be presented has the purpose of
proposing a methodological foundation of
the academic essay for the orientation of the university student. In this way,
the study is circumscribed in a dialogic encounter
from the perspective of philosophical hermeneutics where the search for meaning,
meaning and truth converge in the texts on the
characteristics of an academic essay in its typology (argumentative, expository
or analytical), contextualizing its
methodological structure and its way of communicating academic writing with well-founded positions
to differentiate doxa from
episteme. Methodologically, a qualitative approach
is expressed taking into account
the hermeneutic circle as a
research method circumscribed in the interpretive paradigm. It is concluded that the structure
of an academic essay has a formal
character where the authors must base the purpose of the postulates that they accept and share within the abstractions and rhetoric of their statements.
Keywords: Academic essay, argumentative essay, expository essay,
analytical essay.
El ensayo académico, se considera una actividad recurrente en los estudiantes universitarios con la finalidad de exponer una idea o reflexionar en torno a un tema a través de un lenguaje escrito en forma breve y resumida, teniendo la posibilidad de mostrar el origen de un problema y a su vez proponer posibles soluciones. De esta manera, la estructura de un ensayo académico permite incorporarse como un género literario que acompaña la escritura académica al igual que un artículo, monografía, tesis o trabajo exhaustivo de investigación. En este escenario, las características de un ensayo académico deben legitimar los postulados de un autor tomando en cuenta que se desenvuelve en el terreno formativo de disciplinas científicas, considerando imperativa la necesidad de diferenciar la doxa de la episteme. La “doxa” proviene del griego (δοκἑω, dokeo, opinar, creer) que se traduce en la opinión de los autores a través de una prosa escrita, mientras que la “episteme” hace referencia al conocimiento justificado racionalmente por un autor desde una perspectiva formal para demostrar la legitimidad de sus postulados frente a ideas expuestas que carecen de fundamento.
No obstante, lo extendido de esta práctica, prevalece cierta confusión generalizada sobre el significado del término. Es común encontrar concepciones diferentes sobre esta clase de escritos, enmarcadas en definiciones inconsistentes sobre sus rasgos formales y poco centradas en las características de su estructura o en su función. El resultado es la agrupación de una variedad de formas bajo el título de “ensayo”, cuyo parentesco no siempre es fácil identificar, lo que permite una variedad indeterminada en la enseñanza, (Anguiano et al., 2014, p.16).
En realidad, el elaborar una idea y llevarla a sus últimas consecuencias requiere un proceso de sistematización que raramente está dispuesto a seguir el ensayista. En esta perspectiva, se desarrollan contenidos sin ningún tipo de metodologías académicas que resguarden la forma y legitimidad de los postulados expuestos, (Gómez 1992, p.25).
A pesar de estos antecedentes, se considera que los ensayos de Miguel Montaigne y los ensayos de Francis Bacon inauguran el ensayo moderno entre (1580-1597) respectivamente, y atribuyen el término al sentido actual. Para Montaigne, el ensayo no es un género literario, sino una noción de método, es decir del desarrollo de un proceso intelectual. Afirma que se debe escribir en primera persona, pero no como crítico, literato o cualquier otra cosa. En otras palabras, se trata de basarse en su experiencia. Montaigne de este modo no solo inventa el término, sino que ya tiene conciencia de haber escrito una obra especial desde la experiencia. (Gil, 1998, p.82)
Francis Bacon en 1597, es considerado el padre del empirismo filosófico y científico, quién se distancia de Montaigne, asumiendo la concepción de un ensayo como una escritura formal, donde predomina un estilo objetivo fundamentado en la ciencia. En este sentido Bacon, sostiene que un ensayo se basa en las abstracciones y en la retórica para argumentar los axiomas que postula, acepta y comparte un autor. En consecuencia, Montaigne y Bacon representan dos posturas opuestas para la elaboración de ensayos con criterios individualistas para sus escritos, (Doubront,L.G., & Doubront,M.G., 2019, p. 5).
En atención a lo expuesto, el modelo de ensayo académico en las universidades debe tomar en cuenta el carácter formal y estructurado inclinándose por los postulados de Francis Bacon, donde se expone una versión argumentativa del discurso del autor para el desarrollo del conocimiento sobre un tema específico. En concordancia con las universidades que registran un ecosistema organizado por disciplinas científicas donde se expone la hermenéutica investigativa en un proceso reflexivo de los investigadores. Para contextualizar, la inventiva imaginativa y creativa de los autores, no se debe desestimar el estudio profundo de su experiencia para asumir una postura lógica y fundamentada. De esta manera, el texto a presentar pretende responder ¿qué es un ensayo académico?,¿cómo se estructura un ensayo académico?, ¿qué características tiene un ensayo académico? y establecer ejemplo de un ensayo académico.
La investigación por presentar se circunscribe en un encuentro dialógico desde los textos, considerando al lenguaje como una realidad cargada con un significado ontológico. Esto para proponer una fundamentación metodológica del ensayo académico y generar una óptima orientación del estudiante universitario.
La hermenéutica filosófica es el encuentro con un texto histórico o las expresiones de los demás y el interpretador es un encuentro dialógico, una fusión de horizontes en términos de Gadamer. Así la hermenéutica tiene una importancia ontológica profunda, porque trata la comprensión como nuestra “forma primordial de ser en el mundo” (Gadamer, 1975, como se cita en Smith, 1993, p. 130). El investigador se implica así en un diálogo con el otro en un intento de llegar a una mutua comprensión del significado e intenciones que están detrás de las expresiones de cada persona, Paz (2003, p.61).
En este sentido, la investigación se circunscribe desde el paradigma interpretativo donde se busca la comprensión del significado a través de un abordaje epistemológico donde los investigadores están vinculados con la hermenéutica filosófica que procura el significado, sentido y verdad por medio de los símbolos significantes del lenguaje. Según (Doubront, 2021, p.367). “El investigador concibe una realidad múltiple donde convergen diversos factores que permiten interpretar la realidad apreciando al ser en el mundo de un construccionismo compartido; recogiendo una construcción colectiva del significado y las experiencias vividas”.
Esta postura investigativa va más allá, del sentido original de la hermenéutica donde el significado de un texto o cualquier expresión de la vida psíquica no puede alcanzarse desde una verdad absoluta, sino que rescata el valor del sujeto que interpreta el significado a partir de lo relativo al entendimiento humano, Padrón (1998, p.3). De esta manera y a través del círculo hermenéutico, la investigación se aprecia desde un enfoque cualitativo, esto como método de investigación que procura la interpretación del significado.
Por otro lado, Gadamer plantea el hecho de considerar al círculo hermenéutico y a los prejuicios en una estrecha y profunda relación. Comprender un texto implica siempre un proyectar, anticipar un sentido que se revisará conforme se vaya penetrando en el texto. La interpretación parte de conceptos previos que se irán sustituyendo en el mismo transcurrir del proceso interpretativo por otros conceptos que se adecuen mejor, (Rueda de Aranguren 2017, p.2). Partiendo de esta premisa, Maldonado (2016) afirma que “este recorrido histórico e introductorio permite extender la influencia de la hermenéutica como búsqueda interpretativa de sentido en las raíces mismas de los paradigmas opuestos al positivismo, así como en todas las metodologías y métodos de investigación cualitativa” (p. 4).
Es por ello por lo que metodológicamente, el artículo plantea la posibilidad de estudiar la naturaleza profunda de los fundamentos de un ensayo académico. Permitiendo así, describir el proceso de la hermenéutica como una interacción entre el todo y las partes en una estructura dinámica cualitativa. En esta perspectiva, se plantea un acercamiento al texto que se va construyendo en una totalidad de significados y manifestaciones interpretativas.
A los fines del acopio de información, la investigación se apoyó en la técnica de revisión sistemática. La misma, permitió recolectar elementos de carácter documental a partir de artículos de investigación publicados en revistas indexadas (Scielo, Scopus, Dialnet, Latindex, Redalyc, entre otros), sistematizando la intelección e interpretación de textos. Según Aguilera (2014, p. 359). “Las revisiones sistemáticas (RS) son una forma de investigación que recopila y proporciona un resumen sobre un tema específico (orientado a responder a una pregunta de investigación); se deben realizar de acuerdo con un diseño preestablecido”. De esta manera se procura dar inteligibilidad al artículo de investigación en la búsqueda del sentido, significado y verdad, puesto que se asume que el proceso de la apropiación comprensiva parte de la experiencia de los investigadores en un proceso de inducción simbólica-interpretativa.
¿Qué es un ensayo académico?
Un ensayo académico es un género literario que desarrolla una temática en forma breve y resumida a través de la comunicación escrita con abstracciones y retóricas utilizando un lenguaje formal, partiendo de postulados expositivos, argumentativos o analíticos para explicar un tema, contrastar la opinión o posicionamiento de otros autores y analizar los planteamientos de una temática en forma teórica y reflexiva orientado hacia la búsqueda de la episteme. De esta forma se estudia una temática, fenómeno o problemática consultando diversas fuentes para fundamentar su posicionamiento en un ejercicio intelectual, investigativo y reflexivo; sin la exposición de expresiones coloquiales u observaciones tangenciales.
Suele denominarse ensayo académico, ya que consiste en exponer el análisis de una problemática a partir de la complementación o el contraste de diversas fuentes, en función de ejes temáticos específicos. Esta comparación puede realizarse en distintos niveles. Así, por ejemplo, pueden vincularse posicionamientos teóricos diferentes en torno a un fenómeno o a una problemática; o bien pueden establecerse relaciones entre textos, esto es, entre dos o más fuentes bibliográficas puntuales, (Muraca & Zunino, 2012, p.62).
En resumen, el ensayo académico debe considerarse como un proceso de razonamiento filosófico y científico que, aunque goza de capacidad imaginativa y creatividad, no se aparta de la profundización de la realidad para explicarla y asumir una postura lógica ante ella. También puede definirse como una forma de escritura que permite ofrecer ideas propias óptimamente fundamentadas y reflexionadas en relación a algún tema en general, (Santos, 2015, p.3).
Un ensayo académico se define como una expresión lógica del pensamiento que puede constituirse como el inicio de futuras investigaciones científicas, permitiendo inclinar la posición de un autor hacia una estructura académica definida que se describe en un adecuado y correcto lenguaje formal con posiciones propias, pero argumentadas con otras fuentes, (Doubront,L.G., & Doubront, M.A.,2019, p. 6).
El ensayo académico se diferencia de la especulación y por otro lado del diletantismo, en la medida en que incursiona en campos teóricos que obligan a sobrepasar los límites científicos, históricos y lingüísticos nacionales (lo cual puede incluir las mismas filologías) y las temporalidades lineales. Sobre esa base universalista, integra los métodos de la composición y el significado de las ciencias específicas, que en la literatura por ejemplo se ejemplifica a través de la hermenéutica. Por otro lado, el ensayo académico se ubica en los estudios sistemáticos, problemas básicos de la relación entre forma y contenido, la organización del material tratado, y las reelaboraciones tanto de conceptos como de categorías estilísticas propias de un determinado campo del saber, (Palacio, 2014, p.8).
Los géneros ensayísticos, concebidos como géneros ideológico-literarios, se diferencian de los géneros poéticos o artístico-literarios como de las realizaciones de tipo científico. En general, las formas de lenguaje que realizan la producción textual ensayística son determinables dentro del gran espacio de posibilidades intermedias entre los géneros científicos y los géneros artísticos, entre la tensión antiestándar del lenguaje artístico y la univocidad denotativa promovida por el lenguaje científico, entre la fenomenología y los hallazgos de la poeticidad, de un lado, y la cientificidad, de otro, (Aullón de Haro, 2005, p.6).
De esta manera conviene clarificar la orientación del estudiante universitario para la elaboración de un ensayo académico, donde las formas del lenguaje argumentativo, expositivo o analítico son elementos determinantes para diferenciarse de otros géneros poéticos, artísticos o literarios, estableciendo así los límites entre la prosa libre informal y las influencias científicas del discurso académico. De esta forma, se denota una marcada diferenciación entre ensayos literarios y ensayos académicos, pues su distinción obedece a fundamentos metodológicos elementales, por una parte, los ensayos literarios asumen la prosa como forma de expresión, la cual alcanza valores estéticos; mientras que los ensayos académicos se articulan en un plano conceptual y científico.
Estructura de un ensayo académico
La estructura de un ensayo académico representa una actividad reflexiva
de carácter individual por parte del estudiante universitario, constituyéndose
a través de la retórica como modelo semiótico para la producción de textos
ensayísticos y según el contexto argumentativo, expositivo o analítico. En este
sentido, la retórica permite la producción discursiva para argumentar, exponer
o analizar la lingüística textual complementándose con la semiótica que
describe los procesos comunicativos por medio de la semántica, sintáctica y pragmática.
La retórica constituida desde la antigua Grecia como una disciplina transversal en las ciencias de la educación y otros campos del conocimiento, concede las fuentes estructurales para la elaboración de un ensayo académico formal, la cual se estructura en el exordio (introducción), narratio (desarrollo) y peroración (conclusión), añadiendo una lista de referencia en la organización del texto académico, (Doubront, L.G., & Doubront, M.A.,2019, p.8).
Por otra parte, el ensayo como cualquier otro texto, exige también una audiencia. Es ella la que determina la manera como el escritor se acercará o alejará del lector, y la que establece los recursos lingüísticos y discursivos apropiados para la construcción de la exposición y la argumentación. Por ello, en la escritura de ensayos, la identificación del lector como miembro de una comunidad académica y profesional se traduce en un intento real por transmitirle algo, dado que puede compartir intereses con el escritor, asimismo como marcos de referencia, motivaciones, ideologías e identidades. La comunicación se da por medio de la propuesta de una estructura retórica reconocible por los miembros de la comunidad que sintetiza esos intereses de grupo, y que en el contexto escolar es necesario hacer explicita a los escritores novatos, (Castro et al., 2010, p.57).
Debido a que el género, entendido como el estrato más abstracto del contexto, requiere del lenguaje para ser realizado, su análisis desde el marco de la Lingüística Sistémica Funcional se lleva a cabo considerando patrones de significado de diversa naturaleza. La configuración de estos patrones en los textos permite identificar etapas del género, que corresponden a los componentes de su estructura esquemática, lo que a su vez permite, en parte, hacer distinciones tipológicas entre géneros. Por otro lado, los patrones de lenguaje permiten también distinguir fases dentro de las etapas de un género, que pueden ser menos estables y estar determinadas por constricciones del registro. La fase como componente menor de la etapa permite dar cuenta de las variaciones potenciales entre instancias de un mismo género, aportando así una mirada topológica para su descripción, (Martín & Rose 2008, como se cita en Vidal, 2020).
Considerando lo expuesto, la estructura de un ensayo académico se adquiere según su forma, significado y contexto. Según Van Dijk (1996, p.115), “puede haber sido evidente que una clasificación seria de los tipos del discurso debe basarse en un conocimiento tanto de las estructuras como de las funciones del mismo”. De acuerdo con este autor, la producción de texto se fundamenta a través de una superestructura, macroestructura y microestructura, según sus características, contextos y propósitos del escritor.
De acuerdo con el propósito del escritor, los ensayos académicos más comunes son los expositivos, los argumentativos y los analíticos. Los textos expositivos generalmente tienen la finalidad de describir, clasificar, definir o explicar, aunque con frecuencia se encuentra más de una de estas formas en los ensayos. Los argumentativos son los destinados a persuadir o convencer a la audiencia de la veracidad de la idea propuesta. Los analíticos descomponen un objeto en sus partes, estudian sus funciones y la relación existente entre ellas, (Anguiano et al., 2014, p.28).
Desde esta perspectiva, discurso y acciones son conductas que son atribuidas a ciertos actores en términos de significados, intenciones y propósitos. Los interlocutores devienen así en sujetos que traen consigo identidades, roles y relaciones de poder que son activadas cada vez que éstos se involucran en un evento comunicativo. Para Teun Van Dijk “La teoría del contexto supone que productores y destinatarios construyen modelos mentales para representarse los aspectos relevantes de la interacción discursiva, proporcionando un conjunto de propiedades socio-cognitivas que configuran las situaciones sociales” Cárdenas (2013, p. 23).
Inicio de un ensayo
académico
Iniciar un ensayo académico como ejemplo metodológico para la orientación del estudiante universitario, se plantea desde la “superestructura” propuesta por Van Dijk, haciendo referencia a una reflexión global del contenido y tomando en cuenta la noción retórica del estudiante universitario para realizar tareas cognoscitivas a partir de la construcción de significados, según su forma y contexto que contribuyan a la formación de competencias profesionales. De esta manera el autor debe reflexionar hacia la construcción de un plan que le permita posteriormente sistematizar el tema que se va a tratar, contextualizar el escrito, definir la audiencia a quién se pretende dirigir y consultar las fuentes y los propósitos del ensayo. En este sentido, se hace alusión al dispositio que es la etapa del proceso retórico donde se planifican y se organizan las ideas para transformarlas en el texto. En este sentido, se presenta en la tabla 1, la matriz para la planificación de un ensayo académico y en la tabla 2, las características de un ensayo académico:
Matriz
para la Planificación de un Ensayo Académico (Ejemplo).
Tabla 2
Características
de Ensayo Académico (Ejemplo)
El desarrollo de un ensayo académico, siguiendo la postura de Van Dijk, que resguarda la forma, significado y contexto, mantiene una macroestructura mediada por el contenido semiótico que se interrelaciona en una coherencia semántica, sintáctica y pragmática expuesta por el estudiante universitario en el transcurrir del escrito. Esto se manifiesta alrededor del título, introducción, desarrollo y conclusión, y siguiendo las características de un ensayo académico expositivo, argumentativo o analítico.
En este escenario, reflexionar sobre la superestructura de un ensayo académico hace alusión a las intenciones del escritor para identificar su modo de proceder a través del inicio, desarrollo y cierre, los cuales se circunscribe en la retórica antigua como (exordio, narratio y epílogo), añadiendo la fundamentación y referencias en el marco de las características de un ensayo académico anteriormente expuestas.
Introducción o exordio
La introducción o exordio como figura retórica representa el primer tramo de un discurso en el ensayo académico, con la intención de exponer la idea principal que se planteará en el transcurrir del escrito permitiendo captar la atención del lector y a su vez orientarlo hacia la lectura del tema general, contextualizando el planteamiento y la delimitación de la temática a desarrollar en forma breve.
Desarrollo o narratio
El desarrollo o narratio como figura retórica consiste en la exposición de la temática donde se estructura el propósito del escritor desde una perspectiva expositiva, argumentativa o analítica, esto para fundamentar su postura a través del confirmartio, otra figura retórica que permite justificar la reflexión del escritor a través de fuentes consultadas.
Conclusión o epílogo
La conclusión o epílogo como figura retórica sistematiza el carácter conclusivo y reflexivo del ensayo académico mediante una breve exposición sobre los aportes teóricos analizados y las diferentes respuestas encontradas.
Las fuentes consultadas para el ensayo académico deben referenciarse en un listado de orden alfabético de los autores.
La práctica de yoga es una disciplina muy antigua que no se limita a las posturas del cuerpo como muchos practicantes actuales creen. Por el contrario, involucra conocimiento (gñani yoga), devoción (bhajti yoga), trabajo (karma yoga) y no sólo las posiciones físicas (hatha yoga). Por ello, esta doctrina requiere de técnicas y habilidades que se resumen en el fortalecimiento de tres aspectos fundamentales de la vida: mente, cuerpo y emociones. Por consiguiente, es necesario, para obtener el máximo aprovechamiento de esta actividad, ser capaz de cuidar el desarrollo del cuerpo, controlar la mente y dominar las emociones.
El cuidado y bienestar del cuerpo físico comprende la salud en todo el sentido de la palabra. Poseer un cuerpo saludable resulta de una alimentación sana, de la abstinencia en el consumo de drogas y de una rutina de ejercicios que mantenga el organismo en forma. De este modo se puede entender que uno de los principales deberes del estudiante de yoga es trabajar por el bienestar y la salud física. Existen tendencias que consideran poco importante atender este aspecto, pues asumen lo material como algo efímero, sin embargo, es necesario comprender que el cuidado del cuerpo es tan esencial como el cuidado del espíritu. Es por ello por lo que un régimen alimenticio sano, una actitud de continencia sobre el uso de drogas y una rutina de ejercicio resultan fundamentales para mantener mayor control sobre la dimensión física de la naturaleza humana.
De la misma manera que es de absoluta relevancia el cuidado del cuerpo físico, la mente es otro de los ámbitos elementales en la educación del aprendiz de yoga. Por una parte, la formación intelectual, entendida como la preparación en diversas ramas del conocimiento, es una tarea ineludible del yoga. Dicho de otra manera, el estudiante debe poseer conocimientos amplios acerca de la vida (gñani yoga); resulta necesario conocer sobre salud, alimentación, arte, ciencia. Este saber le permite un manejo adecuado de las situaciones cotidianas a las que se enfrenta y que se pueden tratar a partir de la ejercitación de las habilidades obtenidas como consecuencia del dominio de la mente.
Por tanto, la mente, alimentada por el intelecto, requiere de educación. Los conocimientos que se aprenden son necesarios, ellos guían las acciones y permiten la realización de las tareas cotidianas. La mente es vital para recordar los saberes previos a través de los cuales el ser humano actúa, de ahí que es necesario educarla, porque de ello depende seguir una senda benéfica o un camino perjudicial en la vida. De no someterla, sin duda ésta en ocasiones saboteará los planes de cualquiera con ideas negativas y pensamientos oscuros, que conducirán a la propia autodestrucción. Es por eso necesario pensar y hacerlo libre, feliz y positivamente.
El tercer aspecto por considerar como tarea básica del practicante de yoga es el control del área emocional en la vida. Las emociones son una parte crítica en todos los seres humanos, con la colaboración de la mente, vagar por las emociones puede resultar un infierno o un paraíso, pues generalmente oscila en esos extremos. Es por eso por lo que el dominio de la emotividad es una tarea prácticamente obligatoria para el aprendiz de yoga.
Las emociones, tradicionalmente se han convertido en prisioneras de la mente. La mente manda, ellas obedecen y estos dos aspectos manejan al ser humano sin limitación alguna. Son el vehículo del dolor. Esto no significa que éstas o el dolor sean malos, pues cuando aparecen en la experiencia son medios que también conducen al crecimiento, sin embargo, es necesario entender que para controlarlas es imperativo dominar la mente, por supuesto eso retirará el dolor o por lo menos aleja del dolor con sufrimiento. La mente es poderosa y es capaz de controlar, de crear, de transformar.
Para trabajar en el desarrollo de los tres aspectos centrales del yoga, se utilizan diversas fuentes como Pérez (2021), quién destaca que “la meditación, la práctica de las ásanas y la respiración son aspectos que contribuyen a la educación de la mente y por lo tanto le dan calma al cuerpo y a las emociones. Ayudan a silenciar el constante parloteo entre la mente y las emociones”. Por supuesto que los métodos aquí sugeridos no representan la cura definitiva para la mente, es necesario siempre estar atentos para no perderse en la selva de las emociones. El peligro de sucumbir es contante porque el ser humano es imperfecto, por lo cual se requiere la auto observación constante para mantener alerta el entrenamiento de la mente.
Resumiendo, puede decirse que la formación del practicante de yoga requiere del dominio de tres aspectos fundamentales: el cuerpo, la mente y las emociones. El cuerpo debe estar sano y en forma, la mente debe ser educada y las emociones, en conjunto con la mente, deben poder controlarse, no ser reprimidas ni evadidas, sino dominadas de manera pertinente. Para ello, el aprendiz de esta disciplina cuenta con un conjunto de técnicas que le facilitan la tarea: la meditación, la práctica de ásanas y la respiración. La práctica de ellas le permite educar y acallar la mente. Si se trabaja de esta manera el cuerpo y las emociones serán sanas y positivas. Seguir estos principios básicos proporcionará maestría en el dominio de sí mismo.
Nota: Ejemplificación del ensayo académico. Manual Básico para la escritura de ensayos, (2014). Extraído por ( Doubront., L.G. & Doubront, M.A., 2019)
Ensayo académico expositivo
El ensayo académico expositivo, requiere que el estudiante universitario exponga planteamientos desde su reflexión para explicar y fundamentar su postura apoyado en las fuentes de otros autores, brindando al lector una explicación detallada de un tema a través de un lenguaje persuasivo. Por tal motivo este tipo de ensayo es recurrente en los estudiantes universitarios con mayor experiencia en el dominio del tema, reflexión y habilidades investigativas para desarrollar sus argumentos con evidencias en el marco de una reflexión final, presentando argumentos de manera clara, precisa y concisa. A continuación, se presenta un ejemplo metodológico para la autoevaluación de un ensayo académico expositivo.
Planificación del ensayo académico expositivo: Definición de Objetivos, Consideración de la Audiencia, Apuntes de Lluvia de Ideas, Transcripción de un Borrador del Ensayo, Ubicación de Fuentes Adecuadas, Evaluación de credibilidad y prestigio de las fuentes a consultar.
Introducción del ensayo académico expositivo: Captar la Atención del Lector, Describir el Contexto de la Temática, Reflexionar sobre la Posición del Autor, Comprender la Situación Retórica.
Desarrollo del ensayo académico expositivo: Expresión de los Puntos claves, Determinación de la Cantidad de Párrafos a desarrollar en el texto, Inicio de cada párrafo con una oración principal, Elaboración de la evidencia de apoyo, Concatenación entre una conclusión de párrafo para dar inicio al siguiente.
Conclusión del ensayo académico expositivo: Reflexión sobre la postura del escritor en el texto, Resumir las ideas principales, Identificación de los aportes finales.
Ejemplo (resumido) de un ensayo académico argumentativo. Sobre el tema de las estrategias didácticas en los trabajos especiales de grado
El mundo académico de hoy transita por lo que puede llamarse una crisis de pertenencia social: sus contenidos y su praxis son totalmente opuestos a las demandas de la sociedad en el presente histórico; por el contrario, aunque no se pudiera afirmar que es por mala fe, la carencia de emprendimiento hace que se pretenda formar a sujetos sociales del y en el siglo XXI con pensum del siglo XX y estrategias del siglo XIX, lo que sin duda no solo promueve una descontextualización científica sino social de los y las estudiantes. En relación con lo planteado, la Ley de Universidades de 1970 vigente reza que “las universidades están al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante su acción doctrinaria”, sin embargo, si en estas no se promueve una educación de pertinencia, poco será el aporte al país.
Uno de los grandes dilemas como persona tutora o siendo jurado de trabajos especiales de grado es encontrarse en muchos proyectos títulos relacionados con las “estrategias didácticas”, lo que sin duda, más que criticar lo recurrente del tema ya que donde hay una necesidad la persona docente y la persona estudiante investigadora deben ser las primeras en señalarla y plantear su solución, denota que hay un problema muy significativo referente a cómo se imparte la educación: una educación con visión simplista y epidérmica ante las razones de fondo que adicionan al problema en cuestión. En correspondencia plantea Savater (1997):
El problema educativo ya no puede reducirse sencillamente al fracaso de un puñado de alumnos, por numeroso que sea, ni tampoco a que la escuela no cumpla como es debido las nítidas misiones que la comunidad le encomienda, sino que adopta un perfil previo y más ominoso: el desdibujamiento o la contradicción de esas mismas demandas.
En relación con lo expuesto, debe impartirse una educación para la integración, para el trabajo, para la pertinencia social, económica y política del país, que destaque en la construcción colectiva de la sociedad necesaria y no para el individualismo y la explotación, enalteciendo no solo los derechos trascendentales de la humanidad, sino el deber de cumplirlos, una acción educativa del compromiso que hable del respeto, del amor, de la honestidad, de la búsqueda de la excelencia como norma ética de los ciudadanos y las ciudadanas, ya que, como refiere Maturana (1992), “el mundo en que vivimos es el mundo que nosotros configuramos y no un mundo que encontramos. El mundo en que vivimos lo configuramos en la convivencia, incluso cuando hablamos de lo interno y lo externo”.
Por ello, dicha educación debe centrarse en la pertinencia, debe tener carácter constructivo y productivo, ya que, en sintonía con Delors, no basta con aprender a conocer, sino que es necesario hacer. No obstante, dichas acciones no pueden ser creadas para perjudicar a otra persona o para sembrar tempestades, sino para enseñar a convivir en función de que dicho conocimiento y acciones puedan crear una ontología de la persona ciudadana necesaria. En función de lo planteado, el maestro Simón Rodríguez refiere que “no están por formar, sino por poner en práctica; pero no hay Resolución o no hay Constancia, y sin uno y otro no hay empresa” (1990).
El momento histórico educativo coincide estrechamente con lo planteado en párrafos anteriores, los problemas económicos que afectan al país inciden de manera significativa en el sistema educativo, iniciando con los efectos de la inflación venezolana, lo que sin duda repercute en el presupuesto para la inversión educativa, donde no solo se puede hablar de materiales didácticos, sino de infraestructura, productos de higiene, alimentación, implementos deportivos y recreativos, etc.
De la misma manera, la carencia de dinero en efectivo y para transporte incide en el ausentismo estudiantil y laboral. Además, los servicios públicos, como agua y luz, motivan la suspensión de clases, entre otros factores, como lo hace ver el Observatorio Educativo de Venezuela (2018):
En efecto, en Venezuela, en el último año, la educación ha experimentado una combinación compleja de problemas y impactos que alteraron la organización y el funcionamiento de las escuelas, teniendo como última consecuencia, restricciones en las garantías de varios derechos humanos, comenzando por el ejercicio del derecho a la educación, con la consecuente disminución en los logros y aprendizajes, durante el año escolar pasado.
Se reconoce la pertinencia de que nuestro estudiantado de pregrado denote la necesidad de realizar sus objetos de estudio referentes a las estrategias didácticas que debe aplicar el personal docente en diversos espacios del proceso de enseñanza y aprendizaje. No obstante, no se puede hablar de educación deshumanizándola, sin entender que tanto la persona docente como él y la estudiante son sujetos y no objetos.
El primer elemento, la noción de la persona como agente, denota la conciencia del individuo sobre su capacidad para controlar de manera voluntaria sus pensamientos, creencias, expectativas y atribuciones (Combs, 1994). Por tanto, la persona se ve a sí misma no sólo como objeto receptor de sus procesos de pensamiento, sino como agente causal de esos procesos. Esta percepción del individuo como agente y como objeto de sus pensamientos, lo hace consciente de su responsabilidad respecto a sus objetivos, sus expectativas y las causas a las que atribuye los resultados obtenidos. De igual manera, le permite verificar su nivel de competencia y redefinir su función promotora. En consecuencia, la conciencia del individuo de su capacidad para controlar de manera voluntaria su pensamiento propicia comportamientos de autorregulación.
Entre las funciones básicas del individuo como agente se encuentra el establecimiento de metas. Este segundo elemento se genera de manera natural cuando la motivación de los estudiantes para emprender una tarea es intrínseca. Locke y Latham (1990) sostienen que los seres humanos pueden fijar sus metas y trabajar para alcanzarlas debido a su capacidad de razonamiento, que es la forma más alta de conciencia. La autorregulación va implícita en esta teoría porque, al fijar sus propios objetivos, las personas pueden ejercer mejor control sobre sus acciones. Una forma de hacerlo es establecer objetivos a corto plazo, lo que significa dividir una gran meta en porciones pequeñas. Lo anterior permite la evaluación constante del proceso, aumenta el sentido de eficacia y da satisfacción ante el esfuerzo invertido, factores que fortalecen la motivación.
Tanto el fijar metas como la puesta en marcha de las acciones para alcanzarlas conduce al tercer elemento. Igual que los factores anteriores, el control de las acciones es un proceso voluntario. De acuerdo con esta teoría, Kuhl (1987) identifica la existencia de un mecanismo de control cuando compiten en el individuo dos tendencias para actuar, el cual favorece la acción ligada a la motivación de la que deriva un compromiso voluntario. En algunos casos, se ha considerado como el aspecto fundamental de la autorregulación, pues se cree que la voluntad entra en acción cuando la motivación decae, porque la motivación denota compromiso y la voluntad, acción. Sólo que en este compromiso voluntario también debe estar presente una “intencionalidad”, debido a que cuando hay dos tendencias en competencia, la gente actúa de acuerdo con su motivación más fuerte, con la tendencia cargada de intención, pues el proceso de control la favorece. Por control de la acción, entonces, se entiende el mantenimiento y protección intencional de una acción, resultado de la motivación intrínseca del individuo.
Lo anterior permite concluir que la relación recíproca entre los tres elementos es un componente importante del estado interno de motivación, cuyo efecto impacta en el control de los estudiantes sobre su conducta. Por tanto, si la educación a distancia requiere un alto grado de autorregulación, ellos deben reconocerse como agentes de sus pensamientos y acciones, lo cual les permitirá establecer sus propias metas, considerar el valor de la empresa, la importancia del esfuerzo invertido y prever los resultados. En la medida en que los estudiantes emprendan proyectos derivados de su propia motivación, las posibilidades de regular sus acciones y tener éxito aumentarán. Tales resultados impulsarán un ciclo virtuoso que fortalecerá la confianza en su capacidad como agentes de sus logros y, en consecuencia, sus mecanismos de autorregulación.
Ensayo académico analítico
El ensayo académico analítico, requiere que el estudiante universitario descomponga el objeto de estudio para desarrollar un análisis en sus diferentes tópicos identificando la relación de cada una de las partes con el todo, considerando un lenguaje argumentativo. De esta manera, se delimita la temática alrededor de un tema central para fijar una postura del autor de acuerdo con el análisis evidenciado. A continuación, se expone un ejemplo metodológico para la autoevaluación de un ensayo académico argumentativo.
Pre-escribir el ensayo académico analítico: Identificación del propósito del Ensayo Analítico, Determinación del Tema a Investigar, Lluvia de Ideas, Enunciado de la Postura del Escritor sobre el Texto, Elaboración de Esquema de Ensayos.
Escribir el ensayo académico analítico: Redacción de la Introducción, escritura en párrafos centrales, Determinación para citar o parafrasear.
Terminar el ensayo académico analítico: Revisión del Ensayo, Lectura del ensayo en voz alta, Redacción Gramatical.
Fuentes Consultadas: Investigación de fuentes confiables, selección de fuentes actualizadas, elección de citas que respalden los argumentos del autor y Citar las Fuentes.
Reflexiones finales
Finalmente, se considera que la estructura de un ensayo académico tiene un carácter formal, donde los autores deben fundamentar el propósito de los postulados que aceptan y comparten dentro de las abstracciones y retoricas de sus enunciados, considerando las diversas características de un ensayo académico expositivo, argumentativo o analítico, en tal sentido se desprenden las siguientes consideraciones:
La estructura de un ensayo académico permite incorporar un género literario que acompaña la escritura académica al igual que un artículo, monografía, tesis o trabajo exhaustivo de investigación.
La orientación del estudiante universitario para la elaboración de un ensayo académico debe contextualizarse según las formas del lenguaje argumentativo, expositivo o analítico para diferenciarse de otros géneros poéticos, artísticos o literarios estableciendo los límites entre la prosa libre informal y las influencias científicas del discurso académico.
La retórica permite la producción discursiva para argumentar, exponer o analizar la lingüística textual complementándose con la semiótica que describe los procesos comunicativos por medio de la semántica, sintáctica y pragmática.
Se plantea la “superestructura” propuesta por Van Dijk, haciendo referencia a una reflexión global del contenido y tomando en cuenta la noción retórica del estudiante universitario. Esto para realizar tareas cognoscitivas a partir de la construcción de significados según su forma y contexto que contribuyan a la formación de competencias profesionales.
El desarrollo de un ensayo académico sigue la postura de Van Dijk, que resguarda la forma, significado y contexto, manteniendo una macroestructura mediada por el contenido semiótico que se interrelaciona en una coherencia semántica, sintáctica y pragmática expuesta por el estudiante universitario en el transcurrir del escrito, manifestándose alrededor del título, introducción, desarrollo y conclusión. Además, sigue las características de un ensayo académico expositivo, argumentativo o analítico.
Conflicto de intereses
Nosotros los autores Luis Gerardo Doubront; Marcel Alejandro Doubront & Eladia Ortuñez, declaramos no tener ningún tipo de conflicto de intereses, ni ninguna relación económica, personal, política, interés financiero ni académico que pueda influir en nuestro juicio. Declaramos, además, no haber recibido ningún tipo de beneficio monetario, bienes ni subsidios de alguna fuente que pudiera tener interés en los resultados de esta investigación
Responsabilidad ética y/o legal
Declaramos haber cumplido el consentimiento ético de la investigación y que no ha sido publicado, ni se ha enviado o sometido a consideración de otra revista en cualquier otro formato de publicación, ya sea parcial o total.
Contribución de autoría
LGD: contribución en el diseño del estudio, análisis de los datos y elaboración del borrador, cumpliendo con los requerimientos exigidos por la Revista EDUCAUMCH.
MAD: contribución en la metodología empleada, la recolección de datos, cumpliendo con los requerimientos exigidos por la Revista EDUCAUMCH.
EO: contribución en la recolección de datos, redacción del manuscrito, cumpliendo con los requerimientos exigidos por la Revista EDUCAUMCH.
Agradecimiento
Agradecemos a la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Venezuela), por haber contribuido con la disposición de sus investigadores para la elaboración del artículo,
Financiamiento
Declaramos que el trabajo de investigación ha sido financiado con recursos propios y la disposición académica de los investigadores para la elaboración del artículo.
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Luis Gerardo Doubront
Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magíster en Educación Superior (UNEFA), Magíster en Gerencia Educacional (UPEL), Especialista en Planificación y Evaluación (CIPPSV), Licenciado en Educación Integral (UNESR). Experiencia Laboral (Actualmente): Docente e Investigador de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Categoría Agregado) y Docente e Investigador de la Universidad Latinoamericana y del Caribe (Categoría Agregado). Revista Científica: Miembro Principal del Comité Editorial de la Revista Científica Comunitaria Ara Macao. (Venezuela). Idiomas: castellano y portugués. Lugar de Residencia: Ciudad Bolívar; (Venezuela).
Doctor en Ciencias
de la Educación (ULAC), Magister
en Gerencia Educacional (UPEL), Especialista
en Planificación y Evaluación (CIPPSV), Licenciado en Educación Integral (UNESR). Experiencia Laboral
(Actualmente): Docente-Investigador de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Categoría Asistente),
Docente e Investigador de la Universidad Latinoamericana y del Caribe
(Categoría Asistente). Revista
Científica:
Miembro Principal del Comité Editorial de la Revista Científica Comunitaria Ara Macao. (Venezuela). Idiomas: castellano y portugués. Lugar de Residencia: Ciudad Bolívar; (Venezuela).
Eladia Ortuñez
Cursando estudios de Doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (Venezuela).
© Los autores. Este artículo es publicado por la Revista Educa UMCH, Universidad Marcelino Champagnat. Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional. (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) que permite Compartir (copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato), Adaptar (remezclar, transformar y construir a partir del material) para cualquier propósito, incluso comercialmente.