Emotional stability in relation to gender and areas of professional
training, in students of a Peruvian public university
Recibido: 01
de marzo 2023
Evaluado: 15
de marzo 2023
Aceptado: 10
de junio 2023
Patricia Cárdenas Ayala 1
patricia.cardenas@unica.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-0265-5249
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
Ramiro Jesús
Gutiérrez Vásquez 2
https://orcid.org/0000-0002-6094-8552
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
Luis Alberto
Rodríguez de los Ríos 3
https://orcid.org/0000-0002-2274-695X
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
Yvana
Mireya Carbajal Llanos 4
https://orcid.org/0000-0002-8165-8933
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
Fernando
Antonio Flores Limo 5
https://orcid.org/0000-0002-5494-9794
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
https://orcid.org/0000-0001-6177-6644
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, Lima, Perú
DOI: https://doi.org/10.35756/educaumch.202321.267
Como citar:
Cárdenas, P., Gutiérrez, R.
J., Rodríguez, L. A., Carbajal, Y. M., Flores, F. A., & Rubio, J. L.
(2022). Estabilidad emocional en relación al sexo y a las áreas de formación
profesional, en estudiantes de una universidad pública peruana. Revista EDUCA UMCH, (21), 181–197.
Recuperado a partir de https://revistas.umch.edu.pe/index.php/EducaUMCH/article/view/267
Resumen
Este estudio de carácter
comparativo buscó encontrar diferencias significativas de la estabilidad
emocional en estudiantes de distintas carreras profesionales de una universidad
pública peruana. Fue de enfoque cuantitativo y, de diseño descriptivo comparativo.
La muestra estuvo conformada por 2960 estudiantes universitarios, de ambos
sexos, matriculados en las áreas formativas de ciencias de la salud, ciencias
sociales y humanidades y ciencias e ingeniería. Los estudiantes fueron evaluados
por medio de la Escala de Estabilidad Emocional del Cuestionario “Big Five” (b)
(BFQ). La escala contenía dos subescalas, una que midió control de las
emociones y la otra midió control de los impulsos. Los datos se trabajaron por
medio de tres técnicas: análisis estadístico descriptivo, de comparación por
tablas cruzadas y, la del análisis inferencial, con la prueba de normalidad y
las pruebas estadísticas Chi-cuadrado, U de Mann-Whitney y la Kruskal-Wallis para
probar las hipótesis formuladas. Los resultados comprobaron que existe
diferencias significativas en la estabilidad emocional que muestran los
estudiantes en relación al sexo y en relación a las áreas de formación profesional
estudiadas.
Palabras clave: estabilidad emocional,
inteligencia emocional, aprendizaje, estado socioemocional, áreas de formación profesional.
Summary
This comparative study sought to find significant differences in
emotional stability in students of different professional careers from a
Peruvian public university. It had a quantitative approach and a comparative
descriptive design. The sample consisted of 2,960 university students, of both
sexes, enrolled in the training areas of health sciences, social sciences and
humanities, and sciences and engineering. The students were evaluated through
the Emotional Stability Scale of the "Big Five" Questionnaire (b)
(BFQ). The scale contained two subscales, one measuring emotional control and
the other measuring impulse control. Data were processed using three
techniques: descriptive statistical analysis, comparison by cross tables, and
inferential analysis, with the normality test and the Chi-square, Mann-Whitney
U, and Kruskal-Wallis statistical tests for test the hypotheses formulated. The
results verified that there are significant differences in the emotional
stability shown by the students in relation to gender and in relation to the
areas of professional training studied.
Keywords: emotional
stability, emotional intelligence, learning, socio-emotional state, areas of
professional training.
Introducción
La
estabilidad emocional es una dimensión de la personalidad que hace alusión a la
capacidad de una persona para mantener un equilibrio emocional frente a
situaciones difíciles, estresantes o adversas, lo que permite una adaptación
dinámica al entorno, es decir, es una condición para el desarrollo de bienestar
personal, social, laboral y de salud física y mental (Fernández-Vega et al,
2009; Gutiérrez, 2011; Hellriegel y Slocum, 2009; Laak, 1996).
En Lema Lema
(2020, pp:7) las personas con una alta estabilidad emocional son capaces de
manejar mejor sus estados emocionales, ante las situaciones estresantes o
problemáticas muestran tolerancia y calma, no se están afectadas negativamente.
Presentan emociones muy estables, “no presentan síntomas neuróticos ni
hipocondríacos, tienen un enfoque realista de la vida, son pacientes,
tranquilas, perseverantes y confiables (Vargas, 2016)”. Resaltan en ellas las
siguientes características principales: muy maduras y emocionalmente estables, manejan
muy bien sus emociones y tienen un plan de vida, controlan sus impulsos, dan
muestras de ser muy flexibles y controladas, no huyen de la realidad que viven,
sino que la saben afrontar (Lema Lema, 2020).
Gracia, et al (2016) mencionan a
diversos autores que han aportado al investigar la estabilidad emocional en
relación con distintas áreas de la actividad humana, por ejemplo, los estudios
exitosos, capacidad para superar problemas, investigaciones relacionadas con
tercera edad. También sostienen que la estabilidad emocional se ha investigado
asociada al ámbito del trabajo, liderazgo, autoeficacia, entre otros.
Otros estudios realizados al
respecto, dan cuenta que niveles altos de estabilidad emocional corresponden a personal
tranquilas, realistas y maduras emocionalmente, que controlan adecuadamente sus
emociones e impulsos. No siendo desbordados por sus conflictos, preocupaciones
o problemas personales. Contrariamente, las personas inestables emocionalmente,
tienen a ser impulsivos. reactivos y no miden las consecuencias de sus actos.
De igual manera, tienen poco control de sus emociones, manifestando ansiedad,
frustración y tensión; respondiendo frecuentemente, con cólera, ira, enfado o
agresividad. Experimentando grandes cambios de ánimo (Hellriegel
y Slocum, 2009).
Si
bien, la preocupación académica por el estudio de la estabilidad emocional data
de los años 80’, a los que se agrega los realizados por Eysenck y Eysenck
(1985), bajo un enfoque biológico; en la actualidad, es abordada en forma
específica por la teoría de los cinco grandes factores de la personalidad (Big
Five), bajo un enfoque léxico y factorial (Golberg, 1993). Siendo en estos
últimos tiempos la más extendida y aceptada por la comunidad científica.
Shahla Ali Ahmed y Yugmur Cerkez (2020) realizaron
un estudio para conocer la forma en que podrían estar asociadas la ansiedad, la
depresión y el estrés con la estabilidad emocional en función al género, edad, nivel
educativo y el lugar de residencia. Adaptaron una prueba para evaluar nivel de ansiedad, depresión y estrés y, también adaptaron una
segunda prueba para evaluar la variable la estabilidad emocional. Trabajaron
con 260 participantes, todos ellos estudiantes universitarios de pregrado de una
universidad de la región norte de Irak. Los autores reportaron que existe una relación
negativa pero significativa entre la depresión, la ansiedad y el estrés con la
estabilidad emocional. No encontraron relación significativa entre la
estabilidad emocional en relación al género y edad. Además, probaron que la ansiedad,
depresión y estrés no se asocia con la edad, el nivel de estudios y el lugar donde
residen. De otro lado, mencionan haber hallado diferencia significativa entre ansiedad,
depresión y estrés en relación con el género y lugar de residencia.
Pastorelli,
Barbaranelli, Cermak, Rozsa y Caprara (1997, tomado de Shahla Ali Ahmed y
Yugmur Cerkez, 2020) identificaron que la estabilidad emocional describe a una
persona capaz de mostrar, en cualquier circunstancia, una personalidad segura
de sí misma y equilibrada. La otra cara de la moneda mostraría una personalidad
con tendencia insegura, poco equilibrada y, predispuesta a vivencias
emocionales no adecuadas.
Del
mismo modo Wani y Sankar (2016; tomado de Shahla Ali Ahmed y Yugmur Cerkez, 2020)
realizaron un estudio para conocer la estabilidad emocional entre los
estudiantes de la universidad en India. Los resultados del estudio revelaron
que las mujeres y los varones presentaron similares valores en estabilidad
emocional. Concluyeron que la estabilidad emocional no depende del género de los
estudiantes.
Bermúdez,
Álvarez y Sánchez (2003) en su investigación encontraron correlación positiva
entre inteligencia emocional y estabilidad emocional, es decir, las personas
que presentan niveles altos en inteligencia emocional, también mostrarán altos
niveles en estabilidad emocional. Agregan que las personas que muestran buena
estabilidad emocional, también presentarán altos índices en su autoestima, es
decir, se valoran más a sí mismas, es decir, al manifestar mayor control de sus
emociones en situaciones desfavorables o adversas son más tolerantes a la
frustración, son capaces de superar con éxito los problemas o situaciones
difíciles que se le presentan. Encontraron también, que estas personas
presentan una mejor actitud frente a la crítica de otros, son muy capaces de
sacar buen provecho y aprender de situaciones que podrían indicar fracaso. Los
autores concluyeron que, ante una mayor estabilidad emocional, no hay
predominio de creencias irracionales, en tal sentido, estas personas son muy
conscientes de su realidad.
En tal sentido, el problema a
investigar se centra en responder a la siguiente pregunta: ¿Existe diferencias
significativas en el nivel de estabilidad emocional en relación al sexo y área
profesional de estudios, en estudiantes de una universidad pública de Ica?
La respuesta a estas preguntas
permitirá a los encargados de la educación superior diseñar programas de apoyo
y estrategias específicas para mejorar la estabilidad emocional de los
estudiantes universitarios, lo que a su vez podría contribuir a su éxito
académico y bienestar emocional.
Método
El estudio se realizó bajo un enfoque
cuantitativo, diseño descriptivo comparativo. Se trabajó con 2960 estudiantes,
de ambos sexos, de una universidad pública peruana, matriculados en las áreas
formativas de ciencias de la salud, ciencias sociales y humanidades y ciencias
e ingeniería, quienes respondieron en forma anónima un cuestionario en formato
virtual. Se aplicó una prueba para medir la variable estabilidad emocional conocida
por las siglas (BFQ) (Caprara, Barbaranelli y Borgogni, 1995). Para el caso de
esta investigación se trabajó con la subescala control de las emociones y, con
la subescala control de los impulsos (Bermúdez, Álvarez, y Sánchez, 2003).
Resultados
1.- Resultados descriptivos
Como se observa en la tabla 1,
hay una mayor proporción de estudiantes de sexo femenino, que supera el 50%,
conformando una mayoría simple respecto al grupo de estudiantes de sexo
masculino. En cuanto a las áreas de formación profesional, se registra un mayor
porcentaje en el grupo de estudiantes de Ciencias e Ingeniería, con el 39,8%,
al que le sigue el grupo de Ciencias sociales y Humanidades 35,9% y, ubicándose
en último lugar el de Ciencias de la salud con 24,3%. En relación a la edad, se
aprecia que más del 90% de los estudiantes están entre 18 y 30 años.
Según la tabla 2, hay un predominio del nivel promedio que representa el
30% de estudiantes, un 26% de estudiantes registró un nivel bajo, el 21,1% se
ubicó en el nivel muy bajo, un 12,8% mostró tener un nivel alto y, el 9,4% de
la muestra se ubicó en el nivel muy alto. Entonces, entre el nivel bajo y muy
bajo se ubicó el 47,8% y, entre el nivel alto y muy alto se ubicó el 22,2% de
la muestra investigada.
De
acuerdo a la tabla 3, en los niveles muy bajo y bajo de estabilidad emocional
los porcentajes son mayores en el grupo masculino que en el femenino. En el
nivel promedio, la proporción es ligeramente mayor en el grupo femenino;
asimismo, en los niveles alto y muy alto los porcentajes son notoriamente
mayores en el grupo femenino que en el masculino.
Considerando lo registrado en la
tabla 4, los niveles muy bajo y bajo de estabilidad emocional los porcentajes
son ligeramente mayores en el área de Ciencias e Ingeniería que en las otras
áreas. En el nivel promedio predomina el área de Ciencias sociales y
Humanidades, aunque la diferencia porcentual con las otras áreas es ligeramente
alta, sobre todo con el de Ciencias de la salud; en tanto que, en los niveles
alto y muy alto, los porcentajes son mayores en el área de Ciencias de la salud
que en las otras áreas.
2.- Resultados inferenciales
2.1.- Prueba de normalidad
Se encontró la normalidad utilizando
el estadístico de Kolmogorov-Smirnov, según lo que se muestra:
(Hipótesis nula) H0. La muestra proviene de
una distribución normal.
(Hipótesis alterna) H1. La muestra no proviene de
una distribución normal.
Regla de decisión estadística:
Si la significación < 0,05,
entonces se rechaza H0;
si la significación ≥ 0,05,
entonces se acepta H0.
En la tabla 5, se observa que, de
acuerdo a los criterios comparativos de sexo y áreas de formación profesional,
los valores obtenidos para los datos de estabilidad emocional son
significativos al nivel de p<0,05; en consecuencia, se decidió rechazar la
hipótesis nula de normalidad de datos para todos los casos analizados. En virtud
de tal decisión, se consideró utilizar las pruebas no paramétricas de U de
Mann-Whitney y la de Kruskal-Wallis para establecer las diferencias en los
datos de la variable de estudio.
2.2.- Contrastación de las hipótesis
Hipótesis general
HG: Existe diferencias
significativas en la estabilidad emocional en relación al sexo y las áreas de
formación profesional, estudiantes de una universidad pública peruana.
H0: No existen
diferencias significativas en la estabilidad emocional en función al sexo y las
áreas de formación profesional, en estudiantes de una universidad pública peruana.
** Significativo al nivel
de p<0,01.
En la
tabla 6 se aprecia que los valores de Chi-cuadrado obtenidos en estabilidad
emocional, de acuerdo al sexo, por cada una de las áreas de formación
profesional y por el total de la muestra, resultan ser estadísticamente
significativos al nivel de p<0,01. Es decir, se establecen diferencias
significativas en estabilidad emocional entre los estudiantes varones y
mujeres, considerando cada área de formación profesional. En el caso del total de la muestra, las diferencias
significativas en estabilidad emocional se establecen exclusivamente según el
criterio sexo, registrándose también un valor correspondiente de chi-cuadrado significativo
al nivel de p<0,01.
Decisión: se rechaza la hipótesis nula.
Hipótesis específicas
1) H1: Existe
diferencias significativas en la estabilidad emocional en relación al sexo, en
estudiantes de una universidad pública peruana.
H0: No existe
diferencias significativas en la estabilidad emocional en relación al sexo, en
estudiantes de una universidad pública peruana.
Se observa en la tabla 7 que el
valor de la U de Mann-Whitney obtenido entre los rangos promedio en estabilidad
emocional, según sexo, es estadísticamente significativo al nivel de p<0,01.
Este resultado indica que existe diferencia significativa en la estabilidad
emocional entre las estudiantes de sexo femenino y los de sexo masculino;
destacándose un promedio favorable en las mujeres.
Decisión: Se
rechaza la hipótesis nula.
2) H2: Existen
diferencias significativas en la estabilidad emocional en relación a las áreas
de formación profesional, en estudiantes de una universidad pública peruana.
H0: No existen
diferencias significativas en la estabilidad emocional en función a las áreas
de formación profesional, en estudiantes de una universidad pública peruana.
Según
la tabla 8, el valor de la H de Kruskal-Wallis calculado entre los rangos
promedio en estabilidad emocional, según áreas de formación profesional, es
estadísticamente significativo al nivel de p<0,01. Este
resultado permite inferir que existe diferencia significativa en la estabilidad
emocional entre los estudiantes del área de Ciencias de la salud, del área de
Ciencias sociales y Humanidades y, del área de Ciencias e Ingeniería,
evidenciándose un rango promedio mayor en el grupo de Ciencias de la salud.
Decisión:
Se rechaza la hipótesis nula.
Discusión
Se
analiza los resultados en dos momentos, uno a partir de las tablas que
describen la frecuencia y porcentajes de la variable en relación al sexo y las
carreras profesionales y, otro momento para analizar los resultados a raíz de
las hipótesis formuladas.
En el
ámbito descriptivo en general, la estabilidad emocional que predomina en la
muestra se ubica en el nivel promedio (30%), lo que podría interpretarse como
que hay cierto equilibrio en el manejo de las emociones en este grupo de
estudiantes. Si embargo, es notorio que un 47% de estudiantes mostró niveles
bajos (26%) y muy bajos (21.1%) de estabilidad emocional, cifras que están por
encima del nivel promedio y, más aún, por encima del nivel alto (12.8%) y muy
alto (9.4%) que obtuvieron otros grupos de la muestra. Entonces, estos
resultados deben llamar la atención a fin de atender y prevenir comportamientos
que impliquen desequilibrios emocionales, frustración, baja autoestima, que
podría afectar en el desempeño académico de las y los estudiantes objeto de
estudio.
Puntualizando
un poco los resultados cabe destacar que las mujeres marcaron valores más altos
que los hombres en estabilidad emocional, hallazgo que son diferentes a los
encontrados por Wani y Sankar (2016; mencionados en Shahla Ali Ahmed y Yugmur
Cerkez, 2020) quienes estudiaron la estabilidad emocional entre los estudiantes
universitarios en la India. Encontraron que las mujeres y los hombres
presentaron similares valores en estabilidad emocional, por tanto, concluyeron
que la estabilidad emocional no depende del género de los estudiantes. Del
mismo modo Shahla Ali Ahmed y Yugmur Cerkez (2020) corroboraron que la
estabilidad emocional es independiente del sexo. Una razón de estos resultados
diferentes podría ser explicado por la emergencia y promoción a través de leyes
específicas para empoderar cada vez más a la mujer en actividades que eran
predomino de los hombres. Tal es el caso de la formación profesional
universitaria en el país, donde se observa mayor porcentaje de mujeres
estudiando carreras como medicina, psicología, educación, ingenierías. Su
liderazgo emergente, entre otras capacidades, requiere de un adecuado control y
manejo emocional, de una personalidad cargada de habilidades socioemocionales
para lograr sus propósitos.
Siguiendo
en el ámbito descriptivo y, en relación a las áreas profesionales, se encontró
en los estudiantes del área de ciencias sociales y humanidades un nivel
promedio en estabilidad emocional; en cambio, en los estudiantes del área de
ciencias e ingeniería se encontró niveles muy bajos y bajos de estabilidad
emocional. Los estudiantes del área de ciencias de la salud mostraron niveles
altos y muy altos en estabilidad emocional.
Estos
resultados provocan varias preguntas: ¿por qué los estudiantes de ciencias de
la salud presentan mejores niveles en su estabilidad emocional? ¿cómo explicar
la baja estabilidad emocional que presentan los estudiantes del área de
ciencias e ingeniería? ¿qué factores afectan estas diferencias? Sería muy
importante plantear y profundizar investigaciones para tener respuestas claras
y precisas que permita diseñar perfiles de ingreso y de vocación a las
diferentes carreras universitarias. Además, se contaría con información
objetiva e implementar programas preventivo promocionales para el control y
equilibrio emocional de los estudiantes, lo que mejoraría su entorno académico
y, de aprendizaje según su elección profesional.
Entonces,
se puede inferir que independiente del área profesional la estabilidad
emocional en los estudiantes se presenta de diferente forma. Ya Rodríguez
(2014) planteó que los estudios universitarios generan nuevas adaptaciones,
ritmos de vida distintos, preocupaciones y, hasta presiones por lograr el éxito
propuesto, situación que puede comprometer su estado emocional.
En el
ámbito de la hipótesis general se rechazó la hipótesis nula, por tanto, se encontró
diferencias significativas en estabilidad emocional entre hombres y mujeres y, según
las áreas de formación profesional. Estos resultados son coherentes con los
resultados obtenidos en las dos hipótesis específicas que se analizan a
continuación.
En
relación a la prueba de las hipótesis especificas comparativas se rechazaron
las dos hipótesis nulas y, según los resultados se puede afirmar que las
mujeres son más estables emocionalmente que los hombres, es decir, están mejor
capacitadas para manejar su comportamiento y enfrentar situaciones diversas que
se le presenten, en cambio los hombres presentarían dificultades para adaptarse
y manejar las diversas situaciones en que se encuentren. Al parecer los hombres
necesitarían mayor apoyo profesional para lograr mejores estándares en su
estabilidad emocional. Al respecto Núñez, Rivera, Miranda, e Indacochea (2019)
han sugieren implementar actividades en el ámbito emocional de los estudiantes que
garantice el autocontrol y el bienestar psicológico para mejorar las
condiciones de aprender y desarrollar su vida socioafectiva, esta ayuda
profesional es muy necesaria, ya que en esta etapa de su desarrollo están más
vulnerables y volubles.
Se
puede agregar también que las mujeres al puntuar más alto que los hombres en
estabilidad emocional, tienen una mejor valoración de sí mismas, manejan mejor
las situaciones negativas o positivas. Su autoestima alta la vuelve
emprendedora, con actitudes adecuadas para tomar decisiones y solucionar
problemas. En tal sentido, Bermúdez, M., Álvarez, y Sánchez, A. (2003) en su
investigación encontraron correlación positiva entre inteligencia emocional y
estabilidad emocional, es decir, las personas que presentan niveles altos en
inteligencia emocional, también mostrarán altos niveles en estabilidad
emocional. Encontraron también, que estas personas toleran mejor la crítica de los
demás y, son capaces de convertir un fracaso en un éxito.
En
relación a segunda hipótesis nula rechazada, se confirmó que los estudiantes
que están en las diferentes carreras profesionales muestran diversos niveles de
estabilidad emocional. Así, del resultado se puede inferir que existe
diferencia significativa en la estabilidad emocional entre los estudiantes del
área de Ciencias de la salud, del área de Ciencias sociales y Humanidades y,
del área de Ciencias e Ingeniería, evidenciándose un rango promedio mayor en el
grupo de Ciencias de la salud. No obstante, se destaca el rango promedio más
alto en estabilidad emocional obtenido por los estudiantes de la carrera
profesional de ciencias de la salud a diferencia de los estudiantes de la
carrera profesional de ciencias e ingeniería que mostraron el rango promedio
más bajo en estabilidad emocional. Una probable explicación sea coherente con
la naturaleza de la carrera; mientras que, los estudiantes de ciencias de la
salud van a prestar servicios profesionales interactuando directamente con las personas,
los estudiantes de ciencias e ingeniería no tanto, entonces la formación que
reciben en las diferentes facultades prioriza perfiles de experto diferentes.
Este razonamiento es coherente con lo reportado por Lema Lema
(2020) quien sostiene que las personas que muestran comportamientos estables emocionalmente
están aptas para manejar mejor sus emociones en ambientes estresantes, están
calmados, tranquilos y muestran mucha empatía y, con mentalidad más positiva. Agrega que estas personas son “muy maduras y
emocionalmente estables, manejan muy bien sus emociones y tienen un plan de
vida, controlan sus impulsos, dan muestras de ser muy flexibles y controladas,
no huyen de la realidad que viven, sino que la saben afrontar (Lema Lema, 2020, pp:7). Características ideales que deben poseer
los futuros profesionales en ciencias de la salud para poder brindar servicios
de calidad y calidez a sus usuarios.
Este
razonamiento puede ser válido también para comprender los resultados de los
estudiantes del área profesional de ciencias sociales y humanidades quienes
evidenciaron un rango promedio medio en estabilidad emocional. En este caso, va
a depender de la especialidad, tal vez algunas actividades profesionales se
realicen en campo y otras no, entonces, en función del logro exitoso de los
perfiles de egreso declarados por la carrera profesional también se tendrá un
diseño curricular específico.
Varios
estudios dan cuenta de algunos factores que afectan la estabilidad emocional. Así,
Saavedra (2011) encontró que la estabilidad emocional está asociada con una
mayor satisfacción en las relaciones interpersonales, un mejor rendimiento
laboral y una mejor salud mental en general. Bermúdez, Teva
y Sánchez (2003); Cano et al (2015) sostienen que factores como la genética, la
crianza y el entorno social y cultural están relacionados a la estabilidad
emocional.
Entonces,
es menester estudiar con más profundidad la estabilidad emocional asociada al
sexo ya que los resultados de las investigaciones son contradictorios, tal vez
sea importante realizar estudios transculturales. Del mismo modo, es
recomendable realizar estudios de la estabilidad emocional con los perfiles de
ingreso y de egreso de las distintas áreas profesionales para que los
estudiantes universitarios reciban una formación que fomente habilidades en el control
de sus emociones, habilidades que facilitaría un entorno de aprendizaje ideal
para estudiar; pero, también estas habilidades emocionales les permitiría un
mejor desempeño en sus actividades profesionales.
Conclusiones
1. Las
estudiantes mujeres presentan niveles más altos en estabilidad emocional que
los hombres.
2.
Según las áreas de formación profesional estudiadas, las(os) estudiantes de ciencias
de la salud, obtuvieron mejores valores en estabilidad emocional.
3. Los
estudiantes del área de formación profesional de Ciencias e ingeniería
Referencias
mostraron los índices más bajos en estabilidad emocional.
4. Un
resultado de nivel promedio en estabilidad emocional fue obtenido por el grupo de
estudiantes pertenecientes a al área de formación profesional en ciencias
sociales y humanidades.
Referencias
Bermúdez,
M., Álvarez, & Sánchez, A. (2003). Análisis de la relación entre
inteligencia emocional, estabilidad emocional y bienestar psicológico. Universitas
Psychologica, 2(1), 27-32. Pontificia Universidad Javeriana.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64720105
Bermúdez,
M., Teva, I., & Sánchez, A. (2003). Análisis de la
relación entre inteligencia emocional, estabilidad emocional y bienestar
psicológico. Universitas Psychologica, 2(1), 27-32.
Cano,
C., Hernández, N., & Pérez, A. (2015). Factores psicosociales que
influyen en el desarrollo emocional de los niños, niñas y adolescentes (NNA)
entre las edades 11-16 años que habitan en la asociación los Quinchos en el
municipio de San-Marcos en el II semestre del año 2015 (Tesis). Universidad
Nacional Autónoma De Nicaragua, Carazo.
Eysenck,
H. y Eysenck, M. (1985). Personality and Individual
Differences, N.Y.: Plenum Press. file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/ce5be77b8deac5148a77bcec487af0667c17.pdf
Fernández-Vega L.; Fernández G.;
Ferrón T.; González B. (2009). Comparación de los perfiles de personalidad
en dos carreras universitarias: medicina y empresariales. Universidad
complutense de Madrid. España. Disponible en http://www.ucm.es/info/dosis/Preventiva/jor_xv/m35.pdf
Goldberg,
L. R. (1993). The structure of a phenotypic personality trait. American Psychologist, 48,
26-34.
Gracia,
E., Vidal-Sellés, N., & Martínez-Tur, V. (2016). Análisis de las
características de estabilidad emocional en hombres y mujeres. Psychologica, 59(2).
Gutiérrez,
R. (2011). Estudio comparativo de la estabilidad emocional de los
estudiantes ingresantes a las E.A.P. de medicina humana, ciencias de la
comunicación, ciencias contables y financieras y arquitectura de la UNJBG de
Tacna 2011 (Tesis para optar el Título Profesional de médico cirujano).
Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann, Tacna.
Hellriegel,
D., & Slocum, J. W. (2009). Aprender del comportamiento organizacional.
Cengage Learning Editores.
Laak, J. (1996). Las cinco
grandes dimensiones de la personalidad. Revista de Psicología de La PUCP,
XIV, 129–181.
Lema, N. (2020). La
estabilidad emocional y el aprendizaje virtual universitario en los estudiantes
de la carrera de psicopedagogía de la facultad de ciencias humanas y de la
educación-universidad técnica de Ambato en tiempo de covid-19 (Título de
Psicopedagogía). Universidad Técnica de Ambato-Ecuador.
Núñez, C., Rivera, D., Miranda,
X., & Indacochea, L. (2019). Estabilidad Emocional y el Comportamiento
Estudiantil. Revista Inclusiones, 6(Especial), 74-84.
Rodríguez, L. (2014). Ingresar a
la universidad: Retos y estrategia de sobrevivencia. In L. Rodríguez & E.
Huaire (Eds.), Repensando la psicología educativa en la sociedad del
conocimiento (pp. 163-171). Universidad Nacional de Educación Enrique
Guzmán y Valle.
Saavedra,
E. (2011). Investigación en resiliencia: algunos estudios cualitativos y
cuantitativos. Editorial Académica española
Shahla
Ali Ahmed & Yugmur Cerkez. (2020). El impacto de la ansiedad, la
depresión y el estrés en la estabilidad emocional de los estudiantes
universitarios desde la perspectiva de los aspectos educativos. Universidad
del Cercano Oriente de Turquía. Retrieved from http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S2307-79992020000400010&script=sci_arttext&tlng=en
Vittorio,
G.; Barbaranell, C. y Borgogni, L. (1998). BFQ Cuestionario Big Five.
TEA Ediciones.
Trayectoria académica
1. Docente
con experiencia en Educación Superior Universitaria a nivel de Pregrado,
Posgrado y Educación Básica Regular, Evaluadora externa de proyectos de
investigación nacional e internacional, miembro del panel de selección de
proyectos de investigación CONCYTEC. Doctora en Educación, Doctora en
Psicología Educacional y Tutorial, Magister en Educación: Mención en
Administración y Planificación de la Educación Superior. Licenciada en
Educación, Economista, Segunda Especialidad en Metodología Docente, Estudios
Concluidos de Maestría en Administración Mención: Gestión Pública, Estudios
concluidos de Segunda Especialidad en Didáctica de la Educación Superior.
Especialista en Currículo, Evaluación, Formación y Capacitación Docente.
2. Profesor
Principal de la Universidad Nacional de educación Enrique Guzmán y Valle.
Profesor Principal cesante de la Facultad de Psicología de la Universidad
Peruana Cayetano Heredia. Doctor en Ciencias con mención en Psicología por la
Universidad Peruana Cayetano Heredia. Con estudios formales de maestría en:
Educación superior, Filosofía con mención en Epistemología. Capacitado en
elaboración de cursos virtuales por el Instituto Tecnológico de Monterrey
(2020); por Laspau afiliado a la Universidad de Harvard (2020); por la UNESCO
ESALC (2022). Experto en psicología, en educación superior, epistemología y
metodología de la investigación científica. Ha realizado múltiples
investigaciones y publicados artículos científicos en revistas especializadas e
indizadas. Reconocido como Profesor Invitado Especial por la Escuela de
Posgrado de la Universidad Nacional de Trujillo. Profesor Honorario de la
Universidad de Huánuco. Miembro titular del Colegio de Psicólogos del Perú.
Exeditor en jefe de la Revista Psicológica Herediana de la Facultad de
Psicología de la UPCH.
3. Doctor
en Psicología por la Universidad Garcilaso de la Vega. Docente principal de la
Universidad. Director de la Escuela de Posgrado de la UNE – CANTUTA y Paz
Rector de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.
4. Docente
Principal de la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”.
Psicóloga de profesión, con grado de Magister en Ciencias de la Educación por
la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” y, Doctora en
Psicología por la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Con 29 años de
experiencia docente universitaria, en el nivel de pregrado y postgrado. Experta
en investigación científica. Asesora de Tesis y Jurado evaluador para las
Universidades Enrique Guzmán y Valle, Marcelino Champagnat y Cayetano Heredia.
5. Dr. en
ciencias de la Educación, con Maestría en Gestión Educacional, licenciado en
ciencias sociales, filosofía y religión, con más de 20 años de experiencia como
docente universitario en pregrado y posgrado en diversas instituciones públicas
y privadas.
6. Docente de
Matemática e Informática en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán
y Valle, La Cantuta.